TERCERA ETAPA: PALAS DE REI-ARZUA   29 KILOMETROS

En la etapa de hoy caminaremos desde Palas de Rei hasta Arzúa, aproximadamente unos 29 kilómetros con una dificultad media, debido al desnivel que hace que a esta etapa sea de las consideradas “rompepiernas”, donde los continuos repechos y bajadas parece que hacen difícil mantener el ritmo. Pero déjame decirte que caminando a tu aire y sin presión alguna, porque recuerda que estás haciendo el Camino de Santiago y no una prueba de obstáculos tipo ironman, la distancia no será problema alguno para conseguir tu objetivo. Más bien el único problemilla –ojala fueran todos así- que hay es que cuando paras en Melide y “repostas” el pulpo y el vinito o la cerveza en las pulperías A Garnacha o en Ezequiel, en las dos está el pulpo excelente, pero no te diré que pulpería es mi preferida, siempre es una recompensa el poder comer el que dicen que es el mejor pulpo de Galicia, aunque esta afirmación realmente no lo sé poniendo acento en un rintintin inexistente, porque he comido tantas veces pulpo y en tantas localidades de Galicia que no podría confirmar el primer puesto a nadie. El pulpo, con un poco de mimo que le tienes que poner si o si, está siempre más que bueno, pero lo dicho, tienes que saber cocinarlo en su punto, y en Melide saben hacerlo.

Pero bueno, caminemos un poquito. Habíamos salido de Palas, encontrándonos con un terreno un poco revoltoso de subidas y bajadas, pero sin problema alguno, en el que caminaremos placidamente hasta llegar al río Pambre, que atravesamos y, alcanzando Ponte Campaña,  iniciamos una subida para avanzar por un tramo que resulta espectacular, entre robles y castaños, y con este entorno llegamos a Casanova.

SUBIENDO A CASANOVA

Una vez pasado Casanova, comenzamos un descenso siguiendo el curso de un arroyo para llegar a Porto de Bois, lugar donde al parecer tuvo lugar la batalla entre Enrique II de Trastámara y Fernando de Castro, conde de Lemos, que era partidario de Pedro I, que fue derrotado y según dicen se llevó a su tumba “toda la lealtad de España”

   A  poca distancia de Porto Bois, cruzamos por el Ponte de Porto de Bois y subimos una cuesta hasta Campanilla, que es la última población de Lugo de nuestro camino. Desde aquí, y por asfalto, entre bosques de eucaliptos, seguimos hasta O Coto, donde está el Bar Hostal Casa de los Somoza, siempre paro ahí a hacerme una foto con una estatua del apóstol y tomarme una cervecita bien fría.

UNA CERVECITA EN CASA DE LOS SOMOZA (O COTO)

Tras salir de O Coto de nuevo abandonamos el asfalto por la izquierda pisando un tramo de calzada romana recientemente restaurada, para bajar a Leboreiro, un bonito y pequeño lugar, definido en la antigüedad como Campus Leporarius o campo de las liebres, continuando por un cómodo terreno hasta llegar al bonito puente medieval de Furelos, desde el cual y tras una subida llegaremos a Melide, donde como ya he dicho, no puedes irte sin probar el pulpo y alguna cosilla más que descubrirás por ti mismo.

PUENTE MEDIEVAL DE FURELOS

Es cierto, te lo puedo asegurar,  tras ello cuesta arrancar un poquito, pero a los 500 metros caminados de nuevo, pasando junto a la iglesia románica de Santa María (siglo XII) y  muchísimo antes de llegar al puentecillo de piedras, ya estás dispuesto a todo para avanzar a través de bosques de robles, pinos y eucaliptos, con la consiguiente sucesión de subidas y bajadas que no nos dejaran ya hasta Arzúa.

    Por supuesto, puedes partir la etapa como hace mucha gente, parando en Melide y al día siguiente continuar hasta Arzúa o hasta donde te lleven los pies. Personalmente nunca la he dividido así, y las veces que me he alojado en Melide ha sido porque venía caminando desde Portomarin o Gonzar, así que en ti estará hacer lo que desees, que seguramente será la mejor opción de todas, eso sin duda alguna, porque tú eres quien planifica hasta donde caminar y donde parar. Pero una cosa si puedo decirte, no pases de largo en Melide sin tomarte una sabrosa ración de pulpo, merece la pena.

ESE RICO PULPO DE MELIDE

En Melide tendrás la opción de contemplar, y hacerte la foto, en la imagen que sale en el billete de 10 euros, que corresponde a la capilla de San Roque, cuya portada principal (la que aparece en el billete) de principios del siglo XIV, es una de las más hermosas del arte medieval gallego. Está enmarcada por dos contrafuertes poco salientes, compuesta por tres arquivoltas semicirculares, con elementos que apuntan claramente hacia una estética gótica, con columnas de pequeños fustes y altas bases y capiteles con decoraciones vegetales. Al lado de la iglesia se encuentra un crucero gótico, el más antiguo de Galicia, probablemente del siglo XIV. En el anverso representa un Cristo Majestad sedente, mostrando las llagas de la mano, coronado, con un paño que le cubre las piernas. En el reverso representa un Calvario.

CAPILLA DE SAN ROQUE (MELIDE)

Y bueno, nos encontrábamos ya en esa sucesión de cuestas y bajadas, pero que no deben preocuparte, estás caminando en el Camino de Santiago, eres fuerte y te sientes fuerte, y seguirás caminando aunque creas que no puedes más, y lo sabes. Además encontrarás muchos sitios para parar un ratito y tomarte algo y descansar.

Entre cuesta aquí, bajada allí, por caminos de tierra entre la frondosidad de árboles, mostrando la exuberancia de la vegetación de Galicia, todo lleno de cantos y trinos de pajaritos alegres, llegaras a Ribadiso da Abaixo donde se encuentra el albergue público, sito en el antiguo hospital de peregrinos San Antón que data del siglo XVI, donde si quieres para y haz noche en su albergue. Nunca he dormido en él,  pero si he “repostado” alguna Estrella, y dicen, yo no lo sé, que es uno de los mejores albergues del Camino que tenemos, quizás hasta sea verdad, vete a saber, y hasta te puedes refrescar los pies en el río Iso que pasa justo al lado del albergue.

RIBADISO

Y poco después, tras un último estirón cuesta arriba, pero sin problemas a estas alturas ya, llegaras a Arzúa, donde tienes muchos sitios para alojarte, comer, comprar y, si así lo deseas, continuar caminando.

  La configuración de la etapa, con un terreno prácticamente loco, pero que es menos de lo que parece, te permite hacer la ‘locura’ de acercarte a la barrera psicológica y física, para los que no están acostumbrados, de los 30 kilómetros. Y si ves que no puedes no pasa nada, y si quieres continuar unos kilómetros más pues adelante, estás para disfrutar y no para sufrir. Puedes parar en Melide o en alguno de los albergues que proliferan a mitad de ruta, pero realmente, aunque todos somos un mundo, con ganas y esa energía que debe darte saber qué estás peregrinando, caminando o lo que tú quieras, a Santiago, puedes caminar hasta el fin del mundo, aunque déjame decirte ¿tienen pulpo tan bueno en el fin del mundo…? Si es así no me des treinta kilómetros, dame cuarenta kilómetros, y al llegar te esperaré con una cervecita bien fría. Y nunca lo olvides, “sonríe y siente la vida”.

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