SÉPTIMA ETAPA: CAMINO PRIMITIVO – Grandas de Salime a Fonsagrada
GRANDAS DE SALIME – A FONSAGRADA 26 KILOMETROS

Hoy avanzamos por un territorio podíamos llamarlo “más tranquilo” que el de las etapas precedentes, por zonas rurales, agrarias y ganaderas, atravesando varias aldeas sin servicios y alternando a veces los senderos y caminos con tramos de carretera o paralelos a ella, pero sin problema. La jornada está marcada por la subida, larga pero progresiva, al Alto del Acebo, en la sierra que separa las comunidades de Asturias y Galicia. Bueno, marcada por esa subida y por la empinada cuesta final de poco menos de un kilómetro para coronar el alto donde está A Fonsagrada.


Dejamos atrás Grandas de Salime, como no, en cuesta, hasta que entre la niebla nos internamos en un pequeño bosque de robles cercano a una carretera local, hasta salir a una zona agraria de suelo húmedo que nos llevara alternando diversos caminos embarrados y atravesando diversas aldeas y ermitas hasta la aldea de Gestoselo, donde comenzamos ya a apreciar el ascenso al puerto del Acebo.

Pero nada puede con nuestro ánimo, nada que ver con la subida de hace dos días al puerto del Palo, así que tiramos por carretera hasta Peñafonte, ultima localidad asturiana que cruzaremos, y donde se halla la famosa fuente de dos caños (entre los vecinos hay dos grupos que discuten sobre de cual de los dos caños sale mejor agua, pues el agua de cada caño proviene de un manantial distinto.

Y por la ladera del monte Zarro, con rampas llevaderas en su mayoría y los aerogeneradores contemplando nuestro ascenso, llegaremos a la cota más alta y, desde ahí, en algo menos de un kilómetro descendiendo, unas piedras en línea en medio del Camino, una pizarra con una inscripción, una placa o lo que dejen “intacto” en cada momento los caminantes “destrozatodo”, nos indica que nos encontramos en la frontera astur–galaica, es decir, que dejamos atrás Asturias para entrar en Galicia.


Continuamos bajando, y en la lejanía, si no hace niebla o llueve, podremos ver nuestro destino, Fonsagrada, que parece cerca y realmente está a más de doce kilómetros. Nada, es solo un paseo.


A partir de aquí, tras descender llegaremos junto a la Venta del Acebo, a pie de carretera, que con su horario “abro cuando quiero” es impredecible si podrás tomarte algo ahí. En el lugar se encuentra el primer indicador gallego. A partir de ahora la concha indicará la dirección con su lado más abierto, al contrario que en Asturias, pero ¡ojo! en ocasiones, hasta avanzar más en Galicia, no siempre siguen esta regla. Una flecha amarilla se encarga también de remarcarlo, y ya sabes, son las flechas lo que indica realmente la dirección, las vieiras certifican que estás “en el buen Camino”.

Desde aquí prácticamente todo es alternar pista prácticamente pegada a la carretera, con caminos, senderos y atravesar alguna aldea mientras prácticamente vamos llaneando unos kilómetros sin nada que reseñar, que nos llevaran hasta el Mesón Cuatro Vientos, todo un oasis, ya que fue el primer sitio abierto que encontramos desde Grandas de Salime, y donde dimos cuenta de dos buenas Estrella con sus reconfortantes tapas.



Después de salir del Cuatro Vientos, un buen lugar para comer por cierto debe ser, ya solo queda un paseo junto a la carretera hasta llegar a una zona arbolada y en nada situarnos ya en la aldea de Paradanova, donde se nos dan dos opciones para subir a Fonsagrada. Una de las opciones te invita a la derecha, que es la NO recomendable por entrañar más relativa dificultad, y la otra es tomar el camino de la izquierda, el histórico, eso si, con un desesperante repecho final jajajajaja. Y por supuesto, ignorar todas las indicaciones que inviten a cruzar la carretera y dirigirnos a Burón, eso no hay que olvidarlo.

Tras tomar el camino de la izquierda, en poco llegaremos a la última cuesta, ese duro repecho final y criminal cuando llegas a Fonsagrada, dicen que lo llaman “la cuesta del silencio”. Desde luego, no podían haber elegido mejor nombre, porque ni respiras cuando la subes, así que imagina las ganas que te quedan de hablar, de ahí su nombre.
Pero subirás, por supuesto que si, ya que además en si casi es insignificante con la que nos espera mañana cuando nos toque superar la cuesta del Sapo…

Pero eso será ya mañana, de momento, tras la dura rampa, llegamos por fin a nuestro fin de etapa, A Fonsagrada, ese lugar del que dicen » en A Fonsagrada, nunca bajan los lobos«, y debe ser verdad, pues está ubicada en lo alto de una colina, así que por tanto, los lobos nunca bajan, ¡¡tienen que subir!! Y de la que también cuentan las leyendas una relación con el apóstol Santiago, ya que durante su supuesto paso por este lugar en predicación, convirtió el agua de una fuente en leche fresca para que una viuda tuviera leche para sus hijos, de ahí el nombre de la localidad: Fonsagrada, equivalente a Fons sacrata o Fuente Santa.
Siempre una sonrisa y para adelante, no lo olvides, SONRIE Y SIENTE LA VIDA
