QUINTA ETAPA: CAMINO PRIMITIVO – Borres a Berducedo

BORRES-BERDUCEDO:   25 KILOMETROS

Tras desayunar algo de lo que nos habíamos aprovisionado en el Barin el día anterior, ya que hasta Berducedo no vamos a encontrar nada de nada donde poder tomar algo, dejamos atrás Borres por una pista que gracias a la casi constante lluvia de día si y día también, ha convertido el suelo en una senda de obstáculos donde la cuestión es decidir donde meto el pie una y otra vez, en el agua o en el barro. Pero no pasa nada, todo se salva con actitud y una sonrisa, así que en nada llegamos al punto de La Solana, donde se bifurcan los caminos que llevan a Pola de Allande y a la ruta de los Hospitales.

Aquí, mientras nos hacemos la foto de rigor, nos miramos todos y lanzamos de nuevo la pregunta al aire, aunque ya sabemos la respuesta que es por supuesto ¡vamos por Hospitales! Pues hala pues, ya no hay vuelta atrás, así que a comenzar a caminar y subir los casi doce kilómetros hasta el Puerto del Palo, donde se une la ruta con la otra variante de los que deciden ir por Pola de Allande, pero eso será en unas horas, la sierra de Fonfaraón nos espera…

Aunque todos creo lo sabemos, que se llame ruta de Hospitales es consecuencia de que en el duro trayecto por el agreste terreno que debemos cruzar, hizo que durante siglos hubiese diversos hospitales para asistir a los peregrinos que por aquí se aventuraban a cruzar hasta que, tiempo después, la ruta por Pola comenzó a tomar más relevancia, allá por el siglo XIII.    Eso se suele decir, pero hay estudios más rigurosos que han aportado datos que avalan que la ruta por Pola era la principal, y la de Hospitales era más bien secundaria. Pero bueno, como se dice en estos casos, eso es ya otra historia…

Y chino chano, un paso tras otro y a subir, que nadie lo va a hacer por nosotros. Pero el ánimo es bueno, somos un grupo que nos llevamos bien y sabemos que no va a haber problemas para nada.

Y la verdad es que cuando se escucha “ir por Hospitales” parece que se va uno a escalar el Everest, y no es para tanto, algo de lo que te das cuenta cuando estás ahí arriba, pero hasta entonces la fama es la fama, y realmente es bueno que la tenga para que así nadie se confíe en exceso y cometa alguna imprudencia como intentarlo con mal tiempo o algo parecido, aparte de que cuando la hagas pues te sentirás bien por haber sido capaz de subir la “ruta de Hospitales”. Realmente, la ruta tiene algunos puntos malillos, pero también tramos llanos o de muy escasa inclinación, un poco de todo para que no te aburras, y ciertamente no te vas a aburrir, porque a veces te parecerá que las subidas no terminan nunca y que detrás de cada una hay otra, pero créeme, no son todo subidas, y disfrutarás del recorrido.

EL PEOR TRAMO DE LA SUBIDA

Eso si, ahí arriba el tiempo parece tan cambiante como extraño, aunque ciertamente es el típico de media montaña, ya que en quince minutos se te vuelve un cielo despejado en cubierto, y viceversa, como si una mano invisible lo estuviera siempre borrando y siempre escribiendo una y otra vez. Es que hacia sol, al rato te venia una niebla, seguías caminando y todo volvía a despejarse para quince minutos después el cielo se nublara de nuevo y te cayera un poco de agua, así todo el rato.

Agua, si, agua, esa palabra que en Asturias tiene otro significado porque está por todos sitios, y si no te parece bastante el cielo te regalará un poco más cada dos por tres, tanta que como bien dijo un compañero de Camino, “si llega a llover un poco más nos salen branquias como a los peces…” Si, agua, también nos encontramos con mucha, mucha agua estancada en el terreno, y que al menor descuido metías el pie hasta el tobillo, así que unas buenas zapatillas dotadas de goretex o algún otro sistema antiagua, son obligatorias para los que no quieran mojarse los pies.

Y claro que si, ahí arriba resulta tentador echar la mirada a lo lejos, a la naturaleza que te rodea y al horizonte paisajístico, realmente hay tramos donde hacerlo, aunque sea rápidamente, pero mientras vas caminando y si te descuidas, ello puede ocasionarte tropiezos y caídas, dado que salvo excepciones, ahí arriba el firme es irregular, así que si quieres disfrutar de las vistas, para un momento, y si no quieres parar, al menos mantén la precaución de preveer lo que tienes por delante, que a veces puede ser el sendero, unas cuantas vacas pastando aquí y allí y que pasan de ti, otras vacas rubias que lleva de un sitio a otro una pareja que lleva haciéndolo toda la vida, o algunos caballos que tampoco parece que les moleste nuestra presencia. Los caballos, es bonito ver a esos caballos en libertad, sin ninguna correa ni silla ni bridas, a su aire, sin ningún humano que les moleste salvo nosotros. Si, toda una belleza verlos, de verdad, con ese paisaje asturiano de fondo, como una magnifica postal por su amplitud y fisonomía.

El camino de los Hospitales, aparte de su belleza y relativa dureza, cuenta lógicamente con una larga historia, siendo frecuentes los restos arqueológicos localizados en sus inmediaciones, algunos procedentes de antiguas explotaciones mineras romanas. Se me ha olvidado decir que al parecer en Borres, la aldea donde dormimos, fue uno de los sitios donde hubo uno de los primeros hospital/albergue para peregrinos, allá por el año 900, que junto con los que encuentras arriba en la sierra daban asistencia y auxilio al peregrino.

Y son esos hospitales que dan nombre a la ruta, los que vamos pasando, el de Paradiella, el de Fonfaraon y el de Valparaiso, aunque debemos imaginar lo que fueron en su día, ya que ahora son solo ruinas y ni eso, porque las piedras que en su día debieron formar parte de su estructura ni existen, y en Fonfaraon, los restos han dado lugar a un refugio ganadero.

Pero siempre nos quedará la imaginación y la magia ¿verdad?, porque si quieres sentirte orgulloso de ti mismo, tienes que hacer cosas por las que puedas estar orgulloso, y así los sentimientos siguen a las acciones de disfrutar del momento, disfrutar de un lugar que miles y miles antes que vosotros pisaron ese suelo con una intención, la misma que vosotros, así que una sonrisa, sentiros contentos y para adelante.

Tras coronar el puerto del Palo puede que igual te quede una sensación como que la fama de ruta dura de Hospitales no es para tanto. Si, la subida es larga y la pendiente importante, aparte de un par de rampas malas, pero no va más allá. Pero oye, quizás es que ya estás más en forma y echen lo que te echen te lo comes con patatas.    Sea lo que sea, es sin duda la etapa reina del Camino Primitivo, y se le debe su respeto por sus varios trechos a los que caracteriza su dureza.

VAYA PANDA QUE NOS JUNTAMOS

  Pero te haya parecido dura o no la subida, dedícate a descansar unos minutos, ¡claro que si, descansa que te lo mereces!!  nos espera una fortísima y asquerosa, si, repito, no lo he escrito mal, una asquerosa bajada por un sendero pedregoso en mal estado y descendente ladera abajo, pero vamos vamos, en muy mal estado no, lo siguiente. Debemos tener precaución, cuidado, tranquilidad y estar atentos, ni se os ocurra mirar el paisaje, mirar el suelo bajo vuestros pies. La primera vez que pase por ahí el tobillo se quedo averiado, y esta vez que volví a pasar con mis amigos de Camino, había pensado bajar por la carretera (lo aconsejo mientras no mejoren el descenso, no pasa nada, no hay excesivo tráfico) pero ese extraño comportamiento que a veces tenemos y por yo que sé pues baje de nuevo por ese calvario de descenso, todo un despropósito y vergüenza sabiendo que por ahí bajan personas.

LA BAJADA CRIMINAL

Tras la criminal bajada, creo que más o menos es medio kilómetro,  alcanzamos un terreno más normalito aunque irregular, y a través de él llegamos a la aldea de Montefurado,  donde a la entrada y a la derecha hallamos la capilla de Santiago, Aquí, en Montefurado, hubo un pequeño incidente con su único vecino, ya que salio gritándonos al paso diciendo que aquello era suyo, todo suyo, y que nos fuéramos dando un rodeo por la carretera paralela a la aldea. Con tranquilidad se le dijo que por ahí pasaba el Camino, que así estaba marcado, que su casa podía ser suya pero toda la aldea no, que no queríamos problemas y que tuviera buen día, tras lo cual cruzamos la aldea y todos tan amigos. Supongo ese señor tendría un mal día, no lo sé, quizás la soledad de la montaña, pero ningún mal hacíamos y en nuestra cabeza no estaba dar un rodeo por ningún sitio, faltaría más. Como siempre digo, una sonrisa y para adelante.

MONTEFURADO
EN MONTEFURADO

Tras pasar Montefurado y a su simpático habitante, una larga y a veces empinada senda nos lleva hasta Lago, otra aldea donde resisten dos o tres vecinos, sin el bar que hace años estaba y ya cerró, y con una fuente junto a su iglesia de Santa María donde podrás repostar agua si quieres.

Luego, tras caminar unos metros junto a la carretera local, nos desviaremos a la derecha y, entre pinares y prados, en poco más de media hora llegaremos tranquilamente entre la lluvia a Berducedo, alojándonos en el Albergue Camino Primitivo, un buen sitio para descansar tras subir y bajar el puerto del Palo.

LLEGADA AL ALBERGUE CAMINO PRIMITIVO BAJO LA LLUVIA

   Las cosas no ocurren, las cosas se hacen, y hoy, si has cruzado Hospitales con alegría, y aunque sientas cansancio te sientes bien y quieres seguir sintiéndote así, pues ya lo sabes y no lo olvides: SONRIE Y SIENTE LA VIDA

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