Entre tantos propósitos de comienzos de año que sabes que no vas a cumplir: ¿Por qué no haces el Camino?
¿Ya te has apuntado al gimnasio? ¿Ya has comenzado la dieta numero 348? ¿Esa colección por fascículos que vas a comenzar, estás seguro de ello…? ¿Has vuelto a buscar donde escondiste el paquete de tabaco cuando dijiste que ya no fumabas más este año? Si, esas y más son las eternas y socorridas premisas que millones de personas se prometen el día 31 de cada año y antes de que terminen las rebajas de enero ya las han pospuesto para mejor fecha y momento. Somos así, humanos, los peores bichos de la creación, pero somos inteligentes a nuestra manera y aquí estamos dominando el mundo.

Y ya que dominamos el mundo, quizás sea el momento de reconstruir parte de nuestra historia, no de la global de la humanidad, me refiero a la nuestra propia y exclusiva, de darle sentido a todas nuestras acciones, de forma que explique por qué estamos ahora donde estamos y por qué queremos ir hacia donde vamos. Y créeme, ese sentido esta ahí, pero no hay que buscarlo en lo hechos, ni en los resultados, hay que buscarlo en esos mensajes ocultos que hay detrás de cada decisión, en nuestros mas profundos motivos. Y en ello, quizás hay una de esas decisiones que quizás pienses no es tan dura ni arriesgada y que la haces a la pata coja y silbando, si, esa, ¿por qué no te animas y haces el Camino de Santiago?


Venga, vamos, cuéntate a ti mismo lo que piensas aunque ya creas que lo haces, cuéntate tu historia, escúchala, y siente lo que te dice, pero hazlo con sinceridad, porque si no es así más vale que te vuelvas al bar donde vas al lado del gimnasio o bajes al estanco cansado de buscar ese paquete de cigarrillos que no encuentras. Lo dicho, escúchate a ti, a tu interior, porque ahí esta tu esencia. Es preciso aceptar nuestra historia, creérnosla y sentir que estamos en ella, en cada palabra y en cada párrafo, en cada momento y en cada decisión. Lo vuelvo a decir, desengánchate de todo lo que sabes no vas a cumplir, rompe la rutina y el hábito, vive algo diferente, rompe las normas y lánzate al Camino, porque sabes como lo iniciaras, pero no como volverás, y esa es la pura verdad.

Jamás digo consejos, solo hablo y expongo, pero déjame decirte que no te olvides de vivir, potencia tu alma, deja tiempo y espacio suficiente para ti, y veras así que el camino de la reinvención no es ni tan malo ni tan difícil como pensabas, tan solo es como suelo decir, en este Camino solo “da el primer paso”, y por supuesto vive, no lo dejes para mañana…
Creo que todos en alguna momento de nuestras vidas sentimos una necesidad de reinventarnos, resetearnos o buscar sitios para respirar, y que detrás de ella lo que realmente hay es una conexión con quien realmente somos y una sensación de que realmente deseamos ese algo que está ahí siempre… Seguramente cuando hagas tu Camino tendrás muchas cosas que aportarte a ti mismo y, quien sabe, quizás hasta a los demás que les ayudarán a dar el paso para iniciar el suyo.
CUIDAROS MUCHO. UN ABRAZO Y BUEN CAMINO SIEMPRE
