NOVENA ETAPA CAMINO PRIMITIVO – O Cadavo a Lugo

O CADAVO – LUGO   30 KILOMETROS

Todavía no ha amanecido y bajamos a tomar café a la cocina-comedor del albergue. Nos acercamos a la ventana, miramos afuera y ¡llueve a cantaros! Vaya novedad, nos sorprende que lo haga jajajaja, pero en fin, todo está bien y nada va a quitarnos la sonrisa. Si ninguna cuesta o subida ha podido con nosotros, menos va a poder la lluvia o la niebla que prácticamente nos han acompañado todos los días.

    Hoy son unos treinta kilómetros, metro arriba metro abajo, los que nos separan de la ciudad de Lugo, esa ciudad fundada y amurallada por los romanos, y que tiene el honor de ser la más antigua de Galicia, distancia que recorreremos ya por terreno sin toboganes, cuestas y demás sube y baja de jornadas anteriores, puesto que la dureza del Camino Primitivo ha quedado totalmente atrás, lo que casi echaremos de menos durante la etapa, donde quizás el único punto complicado de la etapa es nada más salir de Cadavo, unos tres kilómetros ascendentes y paralelos a la carretera subiendo hasta el Alto de la Vaqueriza, ya que el resto es por la meseta lucense, un recorrido entre descenso y llaneo no complejo por zonas de arbolado. Prácticamente, la única subida importante es cuando llegas a Lugo, y ya ni te enteras.

Subiendo al Alto de la Vaqueriza

Poco después del alto de la Vaqueriza se encuentra una bifurcación entre el camino oficial a Vilalle y el antiguo a Vilabade, señalizado ahora como «Camino complementario» pero que realmente es el oficial. Elige el que quieras, nosotros nos fuimos por este último, llegar vas a llegar igual y sin hacer más o menos metros.

Bajo la lluvia, a veces fuerte, a veces tenue y a veces hasta se para, llegamos a Castroverde, nos hacemos fotos junto a un singular árbol

… y haciendo caso omiso a las indicaciones de continuación del Camino, nos metemos en el centro del pueblo para repostar en el bar “O Camiño”, ya que Castroverde es el último lugar antes de Lugo donde hay bares y tiendas, así que aprovecha para tomar algo, aprovisionarte o lo que quieras. En nuestro caso pues nos tomamos unos minis de tortilla con una cerveza y luego un cafecito. La relación calidad precio del bar muy buena y lo que ofrecen también muy bien.

Tras reponer fuerzas, salimos a la lluvia de nuevo, sellamos la credencial en la Iglesia de Santiago Apóstol de Castroverde y luego cruzamos la carretera por encima y un poco después por debajo a través de un túnel. Es un tramo donde se alterna asfalto y camino de tierra entre campos de labor, huertas, lugares de ganado y pequeños bosques, algo que será prácticamente así hasta Lugo a través de un plácido y a veces hasta silencioso entorno rural. Casi es hasta raro tanta llanura después de las jornadas anteriores, donde rampas, toboganes, cuestas y descensos era lo normal.

En Souto de Torres nos hacemos una foto en su cruceiro antes de continuar, cruzando varias aldeas, alguna de ellas abandonada.

Seguimos caminando y al llegar al sitio de Vilar de Cas encontramos un lugar que no esperábamos encontrar, ya que pensábamos que desde Castroverde a Lugo no había nada para poder descansar y tomar algo.  Llegamos a “A Pociña de Muñiz” , un albergue turístico donde la verdad fuimos bien atendidos por Pepe y la abuela María, así que nos relajamos un rato tomando un par de cervezas en tranquila conversación con el propietario, que nos sacó para acompañar las Estrellas un buen chorizo casero. El sitio realmente está muy bien decorado y acondicionado para alojarse o, en nuestro caso, descansar un rato y tomar algo sin prisa alguna, como así hicimos. Un sitio totalmente recomendable.

  Poco después las indicaciones nos llevan hasta la carretera, hasta llegar al eterno “desvío provisional” sobre el arcén de la LU-530, que tendremos que seguir por el arcén aproximadamente un kilómetro y medio hasta que nos tengamos que salir de ella, cruzándola, y meternos por un camino a mano derecha, donde seguiremos con la misma pauta de pistas forestales, trozos de asfalto de desiertas carreteras locales, caminos y alguna que otra aldea.

Al pasar por la zona de As Casas da Viña, nos ha hecho gracia el comentario de una mujer con la que hemos estado hablando, al vernos sentados en el suelo, de que al parecer el Consejero de Patrimonio o algo así, dice que no coloca bancos para sentarse a lo largo del Camino porque los peregrinos «no quieren bancos». Claro, por eso nos sentamos en el suelo. En fin, tan absurdo como la vida misma…

Un rato largo más caminando y prácticamente ya estamos en las afueras de la ciudad de Lugo, una entrada fea como casi todas las de las pequeñas o grandes ciudades

  …y tras pasar Castelo  descenderemos al barrio da Chanca, a la entrada de la ciudad, cruzamos el puente, seguimos y luego subimos por Fontiñas y por el Carril das Flores hasta alcanzar la muralla romana, cruzamos por la Puerta de San Pedro y nos introducimos en la ciudad de Lugo.

   A partir de aquí pues el trayecto por la ciudad ya depende de donde te alojes, en nuestro caso fue en el Albergue-Hostel Viatori

   Un día más en el Camino, con todo lo bueno que lleva ello, porque aunque un día no siempre es brillante, y las noches no siempre son oscuras, todo lo que importa es lo que hay en tu interior, porque el día y la noche son un reflejo de ti.

    ¡Ánimo y sonríe y siente la vida!

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