MIENTRAS SIGUES MIRANDO AL FRENTE, ANTES DEL PRIMER PASO…

Y cuando estés ahí, mirando al frente, sintiendo la mochila en tu espalda, seguramente te preguntes eso de ¿pero que coño hago aquí? Y si te lo preguntas, responde tan sólo dando lo que siempre repito, da el primer paso, no pienses, que esa sea tu respuesta a esos pies, dentro de esas zapatillas que has domado durante unas semanas para que te acompañen en lo que has decidido hacer tras quizás pensarlo mucho tiempo…

Ese momento que acabo de relatar sucede más veces de las que pensamos. Incluso a veces a personas ya experimentadas les suele suceder, pero por ello vuelvo a decir que la respuesta salga de tu alma y no de tu mente, porque la mente siempre juega sucio con nosotros, aprovechándose de nuestras debilidades para conseguir sus objetivos, mientras que tu alma intenta tan solo darte lo que realmente quieres.

Por supuesto, cuando vayas a hacer el Camino, plantéate propósitos realistas, adecuados a tus necesidades y características. Y también acepta la flexibilidad y el cambio en algunos momentos, porque el propósito de tu deseo no debe ser una carga que genere malestar quizás por no cumplirse. Disfrutar, no sufrir, recuérdalo siempre.

Somos así, a veces planteamos objetivos muy elevados, alejados de una hipotética realidad. Y evidentemente, esto no ayuda porque puede generar frustración, sentimientos de inferioridad y mermar la autoestima.

   Pero por supuesto, no voy a ser yo quien diga donde o cuando comenzar el Camino, si en tu mente está hacer de primeras los casi 800 kilómetros de Roncesvalles a Santiago, o los 885 desde Somport. Tan solo adelante, ánimo con ello, tienes todo mi apoyo para ello si así lo deseas. Sentirnos capaces de afrontar lo que tenemos delante es importante, aunque quizás se salga de nuestra zona de confort, porque supondrá un reto, pero debemos verlo y gestionarlo de manera acorde a nuestras características. Puedo asegurarte que cuando te haces la foto en Roncesvalles en la famosa señal que pone “Santiago 790” te sientes no como un toro, sino como toda la camada y, a veces, cuando terminas de subir al Alto del Perdón, después de Pamplona, tu cuerpo te dice que ni para vaquilla de fiesta de pueblo vales. Pero hay que seguir, créeme, tienes fuerza dentro de ti.

Y vuelvo a decir, en tus manos está la decisión, la voluntad, el deseo y todo lo demás que te ayudaran en tu elección, porque no puedo dar consejos, tan solo hablar o mostrar. Mi primera experiencia fue Sarria-Santiago, la disfrute, me gusto y quede enganchado como un yonki sin posibilidad de cura o reinserción, la segunda vez ya fue desde Roncesvalles, pero estaba marcado por la previa experiencia, y aunque hubo días de todas clases, ¿si hubo dolor y otras cosas? ¡claro que si, más de lo que imaginas! Pero por mis venas corría esa extraña vacuna que te permite amar el Camino y sentir su magia, haciéndote volver una y otra vez, porque siempre es distinto cada vez que vuelves, aunque repitas el mismo recorrido veinte veces.

El Camino es una experiencia donde nunca debes reprocharle a él tus problemas o males, porque estos inconvenientes son tuyos, solo tuyos. El cansancio, las ampollas, rozaduras o pequeñas cosillas que pueden o no ir surgiendo es todo de tu propiedad, el Camino solo te ha invitado a su fiesta, siéntete afortunado por ello, pero que bebas más de la cuenta o no logres lo que deseabas quizás acorde a tus expectativas, es solo, una vez más, problema tuyo, totalmente de tu propiedad.

   Y ahora, mientras sigues mirando al frente, sigues todavía sintiendo la mochila y notas que los nervios de tus piernas están recibiendo la orden de comenzar a moverse, recuerda, si en algún momento hay que parar, cambiar o reestructurar, se hace. No pasa nada. Hay que ser flexibles, estar abiertos a los cambios y tomar decisiones… No todo es estático, no todo es perfecto, ni se presenta como está en nuestras ideas. Disfrutar, no sufrir, eso es todo.

   Sentir, disfrutar, encontrar dentro tuyo cosas que no sabias estaban ahí, eso es lo que debes imaginar al dar el primer paso, tan solo eso, el resto me lo cuentas a la vuelta…

Publicaciones Similares

16 comentarios

  1. Sentir y disfrutar debería estar en el ADN de cualquier peregrino, si no se hace eso… no vayas. Muchas gracias por recordarlo Fran, buen camino

    1. Creo que en mayor o menor medida lo llevamos tod@s dentro, pero a veces se nos va de juerga y pasa lo que pasa, pero luego vuelve ¡Buen Camino siempre, Graciela!

  2. Por desgracia casi siempre he sido más vaquilla, pero poco a poco vamos transformando eso… el mes que viene voy a mi 3er Camino, muchas gracias!

    1. Na, Miguel, toro o vaquilla, hay días y días para todo, a todos nos pasa y todos seguimos para adelante como seguimos y seguiremos haciendo con una sonrisa ¡Ánimo con ese tercer Camino! ¡Buen Camino siempre!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *