LAS PUERTAS SANTAS O DEL PERDON

El simbolismo de las puertas de acceso a los lugares consagrados siempre ha estado presente, desde que Jesucristo dijera aquellas palabras de “Yo soy la puerta, si alguno entra por mí, estará salvado”, y de ahí hasta hoy surge todo un simbolismo alegórico a la acción de traspasar la puerta de un lugar sagrado, muchas veces vinculado a las devociones que traen aparejada la concesión de indulgencias, habitualmente en el transcurso de romerías, peregrinaciones o acontecimientos especiales,  ya que cruzar ese bendecido lugar de paso permite al creyente, digámoslo así, reconciliarse interiormente tras serle otorgado el perdón mediante una indulgencia especial, por supuesto si tienes fe y crees en ello.

    La Catedral de Santiago de Compostela tiene una en concreto,  la Puerta Santa o Puerta del Perdón, de las dos formas es conocida, que se encuentra situada en la parte trasera de la Catedral de Santiago de Compostela,  en la Plaza de la Quintana, y se abre la víspera del Año Santo (Jacobeo o Xacobeo) siendo el arzobispo el primero en entrar en la tarde de ese 31 de diciembre de cada año jubilar.

PUERTA SANTA O DEL PERDON DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
PUERTA SANTA O DEL PERDON VISTA DESDE DENTRO DE LA CATEDRAL

    El rito de apertura de la puerta santa se remonta al siglo XVI, y desde entonces, cada año santo se llevaba a cabo el mismo proceso, en el cual un cortejo pontifical, tras el rezo del «Veni Creator» ante el altar, salía de la Basílica por las Platerías y se detenía en la Puerta Santa, cerrada por un muro de piedra. Allí, un acólito ofrecía al arzobispo el martillo ritual, de plata, con el cual daba un primer golpe sobre el muro de piedras a la vez que decía “Aperite mihi portas justítae” a lo que le contestaban “Ingressus ín eas confitebor Domino” Tras ello dos golpes más del arzobispo con las palabras de “Aperite portas, quoniam nobiscum Deus”, tras lo que caía el muro (ayudando en su derribo por supuesto personal especializado desde la otra parte del muro), se cantaba el Jubílate Deo mientras las mismas personas que habían ayudado en su derribo se encargaban de retirar los restos del muro, mientras dos presbíteros purificaban con ramas de olivo las jambas de la puerta, y tras ello, enarbolándose la cruz arzobispal, se cruzaba la puerta al interior de la catedral mientras se cantaba el «Te Deum» El año jubilar había comenzado y miles de peregrinos pasan por esa puerta para conseguir indulgencia plenaria. Un año después se cerraba la Puerta Santa, donde el arzobispo bendecía las nuevas piedras a colocar como muro y, mientras se cantaba el Caelestis urbs Jerusalem, se volvía al templo por las Platerías: el Año Santo había terminado.

CUANDO SE DERRIBABA DE VERDAD EL MURO DE LA PUERTA SANTA

     Ahora toda esa ceremonia queda en el olvido, ya que se ha abolido dicha tradición que perduraba desde hace siglos, aludiendo al motivo de preservar del polvo los recién restaurados interiores de la Catedral, ahora ya es todo ceremonia y bla bla bla bla, pero el simbólico derribo ya pasará al olvido, habiendo sido en 2010 la ultima vez que se realizo.   

     Lógicamente, en las últimas ediciones de los años santos, el muro se trataba de una pared de piedras superpuestas que se levantaba horas antes del acto, recordando la verdadera y permanente tapia que antiguamente se construía al acabar un Año Santo y que permanecía fijada y precintando el pórtico hasta el día de la inauguración del siguiente jubileo, tal como indicaba la tradición. Ahora ya ni muro ni gaitas, bueno si, las gaitas siguen sonando en el pasadizo de Gelmirez, muy cerca del lugar.

 No solo el muro de la Puerta Santa de Santiago ha pasado ya al olvido, ya que también y desde 1500 hasta 1975, la Puerta Santa de las cuatro basílicas mayores de Roma estaban cerradas igualmente en el exterior por un muro que también se derribaba en el momento de la apertura. En una de ellas, el Papa tiraba una parte, al igual que el arzobispo de Santiago, y los operarios al igual que aquí completaban el trabajo de demolición. Bueno, una tradición más que pasa al olvido.

EL PAPA ABRE LA PUERTA SANTA DE LA BASILICA DE SAN PEDRO

     La Puerta Santa  está cubierta con bellas esculturas de bronce en relieve que reproducen episodios bíblicos, y fue construida y colocada en el año 1611, siendo inaugurada por primera vez en el año 1666, y desde entonces es uno de los símbolos por excelencia de los años santos compostelanos, lo que sucede cada 6, 5, 6 y 11 años.

     En las horas punta suele haber a veces largas filas, pero son excepciones, y si vas en las horas adecuadas no hay ni fila, el año pasado pase dos veces por ella y este una, al ser considerados ambos años de forma especial como santos.

COLAS PARA CRUZAR LA PUERTA SANTA O DEL PERDON

     En concreto, en lo referente al Camino de Santiago, existen cuatro Puertas del Perdón, que son la de San Isidoro de León, la de Villafranca del Bierzo, la compostelana Puerta Santa y la de Santa María de Fisterra.

IGLESIA DE SANTIAGO, VILLAFRANCA DEL BIERZO
PUERTA DEL PERDON IGLESIA SANTIAGO, VILLAFRANCA DEL BIERZO

    Pero a lo largo de la geografía hispana no pocas catedrales o templos nominan a uno de sus pórticos como Puerta del Perdón, incluso quizás haya alguna en tu ciudad, siendo algunas de ellas, por citar alguna, las de las catedrales de Burgos, Toledo, Sevilla, Córdoba, Jaén, Almería, Málaga, Ciudad Real, Coria (Cáceres), la Colegiata de San Isidoro de León o iglesias como  las de Santa María la Mayor de Alcaudete  o la Santo Toribio de Liébana (se abre únicamente en los años santos liebaniegos), entre muchos más templos, donde muchas son bendecidas en fechas señaladas, casi siempre formulando y pronunciando las palabras: «Esta es la puerta del Señor, por ella entramos para lograr la misericordia y el perdón».

PUERTA DEL PERDON, CATEDRAL DE SEVILLA
PUERTA DEL PERDON, CATEDRAL DE TOLEDO

Las de las catedrales de Córdoba y de Sevilla tienen la particularidad de ser antiguas puertas de las mezquitas de ambas ciudades, que dan acceso al antiguo patio de las abluciones. En la de Sevilla, a partir de 1407 ya se conoce como Puerta del Perdón, ya que por este acceso entraban aquellos malhechores que se acogían a la protección de la iglesia una vez que se habían arrepentido por sus pecados.  

APERTURA DE LA PUERTA DEL PERDON DE LA CATEDRAL DE BURGOS

   Y aunque no todos los pórticos de dichas catedrales o iglesias conceden pleno perdón de los pecados, dicho nombre sigue asociado a la indulgencia que se concedía en menor o mayor medida desde hace siglos, lo que de una u otra forma sigue asociado en el poso colectivo de nuestra sociedad, ya que todo simboliza un rito de paso, algo que a día de hoy, aunque todo cambie, todavía sigue vigente y sigue realizándose, ya que el paso a través de una puerta o un arco considerados sagrados o místicos, siempre ha sido tratado como un símbolo universal que implica una transición de un lugar, de un estado o de un nivel a otro, un punto de acceso a una realidad diferente, superior o inferior: la Luz y la Oscuridad, la Vida y la Muerte, el Cielo y el Infierno, la Ignorancia y la Sabiduría, la Culpa y el Perdón…

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