Camino Portugués – Pontevedra a Padrón
Y es que a veces, mientras camino, pienso que quizás muchas veces, el mundo y la naturaleza siempre están tratando de darnos cosas buenas, pero quizás nuestras manos están demasiado ocupadas para recibirlas y nuestros ojos demasiado ciegos para verlas, ya que mientras la sociedad nos vuelve artificiales, la naturaleza y la humildad nos hace más reales y nos exalta lleno de aliento el corazón…

Y es que como digo siempre, hay una dualidad que está presente en toda realidad humana, donde debemos aceptar que no hay día sin noche o vida sin muerte, aunque a veces nos empeñemos en que sólo se concrete en una de esas dos facetas. Y ante ello solo nos queda vivir, y si sonreímos mejor.
Bueno, vale de reflexiones ya por la mañanita, Fran Lucas. Y así, habiendo desayunado un poquito, comenzamos a caminar por las tranquilas calles de Pontevedra, teniendo la oportunidad de volver a pasar junto a la Iglesia de la Virgen Peregrina y, siguiendo las señales mientras atravesamos el casco histórico, dejar atrás la ciudad a través del famoso Ponte do Burgo, sucesor del pontón romano que la vía XIX utilizaba para cruzar el río Lérez.


Y tras ello seguiremos las indicaciones por varias calles, pasamos por debajo de la vía del tren y en un par de kilómetros llegamos al pequeño pero bonito lugar de Alba, un claro ejemplo del típico uso de la sillería, esa piedra labrada por varias de sus caras tan típica de Galicia, como así lo atestigua por ejemplo su iglesia de Santa María…

…que fue consagrada por el primer arzobispo de Santiago, ya sabeis, el famoso Xelmirez, en el siglo XII, siendo esta posteriormente reconstruida en estilo neoclásico-barroco como puede verse en la actualidad, aunque conserva su originario estilo románico.
Luego continuaremos alternando, al igual que durante toda la etapa, tramos asfaltados con caminos más agradables y tranquilamente arbolados que te permiten disfrutar de tus pasos, pero siempre en paz y armonía tanto contigo mismo como con el entorno, que en ningún momento desdibuja tus sentidos y pensamientos. No debemos olvidar nunca que la naturaleza proporciona, como he citado al principio, una satisfacción serena, generosa y universal, y que caminar, respirar, sentirla y contemplar la naturaleza alimenta la sensación de paz interior.

Y ahora, a partir de aquí más o menos y durante unos kilómetros hasta San Amaro el recorrido se torna ligera y progresivamente en subida, pero sin problemas, y en ello tras pasar junto a la capilla de San Caetano seguiremos por una zona de corredoiras y pequeños bosques que ya sabéis, en algunos puntos como en cientos de lugares en Galicia nos sirven hasta de bóveda natural.

Comentar que estamos caminando por una zona que tiene la Denominación de Origen Albariño Rías Baixas, es decir, que gracias a sus característicos viñedos hacen un más que estupendo vino que a mi al menos me encanta y me chifla, más que el Ribeiro, y mira que soy cervecero, pero el Albariño está buenísimo ¡oye, todo es cuestión de gustos!!
Tras San Amaro y luego haber pasado A Portela y antes de llegar a Briallos tendremos la opción, y así nos lo indicará la oportuna señalización, de tomar un desvío cruzando la N-550 para visitar las Cascadas del río Barosa, dentro del Parque Natural Ría Barosa, un bonito lugar lleno de naturaleza con unas pequeñas cascadas. La ida y la vuelta suma apenas un kilómetro más, así que siempre es una opción viable si deseáis hacerlo.



Y después ya un paseo hasta Caldas, a veces teniendo cerca esa compañera que parece no querer dejarnos, la N-550, pero sin problemas. Avanzamos por una pista de tierra hasta la pequeña aldea de Tivo, que tiene un interesante cruceiro a la salida, y en menos de dos kilómetros, atravesando el puente sobre el río, entramos en la villa de Caldas de Reis, junto a la iglesia de Santa María, un claro exponente del arte medieval del siglo XII que aún conserva la estructura románica, aunque se aprecian ligeros detalles de otros estilos arquitectónicos en su composición.

Decir que en el mismo lugar ya existía un templo en el año 1000, y mucho antes, pero el jodio moro Almanzor lo destruyó porque si, como era su costumbre, aunque al poco volvió a reconstruirse por el impulso del lugar y la fuerza del Camino de Santiago.
Después atravesaremos la localidad, aprovechando para repostar y descansar un poco, en mi caso lo hago en la Pastelería Cafetería Caprichos, donde Tomás y Ana te atienden estupendamente con su simpatía y con una sonrisa siempre.


Y justo al lado tenemos la Iglesia de Santo Tomás, de estilo neomedieval y datada de finales del siglo XIX, la cual está dedicada aunque parezca raro a Santo Tomás Becket (1118-1170), el que fue arzobispo de Canterbury y gran canciller de Inglaterra, asesinado en el interior de su catedral y al pie del altar por soldados del rey Enrique II de Inglaterra, ya que no se plegaba a sus despóticos deseos reales.


Y a pocos metros de la iglesia encontraremos la Fuente termal de las Burgas, construida en el año 1881, y en la cual el agua sale a casi 50 grados como podéis comprobar in situ, ya que es una fuente pública.


Y es que aquí, en Caldas do Rei, la Aquis Celonis romana, las aguas termales tienen propiedades sulfuro cloruro-sódicas, al parecer indicadas para muchas afecciones respiratorias y reumáticas, y por ello el agua es el recurso más importante del lugar desde hace siglos, contando en la actualidad con dos balnearios centenarios, fuentes históricas y una senda fluvial con cascadas, que constituyen el patrimonio acuícola de esta villa termal que invita a rejuvenecer cuerpo y mente.
Luego, tras comprobar la alta pero aceptable temperatura del agua de la fuente, ya seguimos las indicaciones que una escultura de un peregrino gentilmente nos señala ¡gracias compañero, buen Camino siempre!…

y así poco después cruzamos el pequeño puente medieval sobre el río Bermaña, un enclave bonito que tiene si deseas recorrerla una senda fluvial de unos cientos de metros y discurre paralela al cauce del río…


…pero no es nuestro caso, ya que seguimos de frente y tras cruzar la carretera seguiremos un camino que nos llevará por el valle de Bermaña, un extenso bosque con vegetación de ribera muy tranquilo y agradable, que recorreremos unos kilómetros hasta toparnos con la N-550, la cual cruzaremos y en una cómoda subida llegamos a la Iglesia de Santa Mariña de Carracedo…

…templo de origen incierto, aunque puede situarse su origen entre los siglos XII al XIV, estando bastante reconstruido con posterioridad. Nunca he podido visitar su interior, porque siempre permanece cerrada, que le vamos a hacer.
Continuamos, pasamos por la aldea As Cortiñas y después por la de Gorgullon, el punto más alto de la jornada, donde me siento un ratico a meditar y disfrutar del silencio, como si deseara llenarme los ojos de belleza, la mente de luz y la cabeza de sueños…


Luego continuamos, tomamos una pista hasta Casalderrique, caminamos un rato pegados a la autopista y así llegamos a uno de los puntos más agradable del recorrido, ya que atravesaremos una bella zona arbolada…



que a mi al menos me encanta cada vez que la camino, donde solo escuchas a los pajarillos y el cercano rumor del agua. Y tras ello llegamos al Concello de San Miguel de Valga, donde está la Iglesia de San Miguel (siglo XVIII)…

…con un cementerio anexo como suele ser habitual en muchas iglesias rurales de Galicia. Después seguimos por tranquilos y solitarios caminos de tierra que se alternan con otros adoquinados o de asfalto…

atravesando alguna pequeña aldea, pistas y campos de vid, tras lo que llegamos a un bosque de pinos y eucaliptos, otro bonito tramo, hasta que llegamos a Pontecesures, a un pasito ya de Padrón.

Callejeamos un poco descendiendo, y así llegamos hasta el puente de Pontecesures, ahora moderno pero antaño romano, sobre el río Ulla, entrando así en la provincia de A Coruña y dejando atrás la de Pontevedra.

Nada más cruzarlo, las señales nos dirigen por una calle hasta la orilla del río Sar, continuando recto a su vera y entrando en Padrón junto al Campo da Feira, donde está el mercado de abastos, y recto llegamos al paseo del Espolón, cuyo recorrido nos lleva junto a una escultura de Rosalía de Castro hasta la misma iglesia de Santiago, donde se conserva el Pedrón, esa ara romana donde según la tradición jacobea fue amarrada la barca que dirigida por los discípulos Teodoro y Atanasio trasladaba el cuerpo del apóstol Santiago. Y por ello, levantada junto al río Sar en el año 1133, ahí sigue la iglesia guardando ese Pedrón que dio lugar al topónimo de la villa, Padrón.




Respetando leyendas, verdades e historia, el Pedrón en sí es un miliario pétreo de procedencia posiblemente romana, aunque se cree que pudo ser en sus orígenes un pequeño menhir más antiguo, el cual se reutilizó posteriormente como altar, y en el cual se horadó una hornacina en la parte superior. El mismo se dice está dedicado al dios Neptuno, ya que en el mismo se puede leer inscrito en la piedra “NO ORI ESES D S P”, que los expertos traducen como “a Neptuno con la aportación de los irienses”, lo que los lleva a confirmar la advocación al dios romano de las aguas. Y oye, como todo es posible y toda nuestra humanidad es una mezcla de tradición, leyenda y realidad, la tradición jacobea lo liga con la traslatio, la llegada por mar del cuerpo del Apóstol desde Palestina a Galicia, afirmando que esta fue la piedra en la que la barca apostólica se amarró cuando tocó tierra, ¿por qué no…? y ahí sería amarrada la nave al Pedrón, siendo desembarcado el cuerpo, que tras todas las vicisitudes acontecidas con la reina Lupa, al final fue depositado en la colina de Libredón, junto a la actual Compostela, donde acabaría siendo enterrado y redescubierto ocho siglos más tarde por el eremita Paio.
En realidad, si se trata de un ara romana dedicada a Neptuno, de un miliario, un menhir o una roca pagana ¿qué más da? en cuestiones de fe y de nuestra alma, el que quiera creer, creerá, y la evidencia está de más…
Y es que estamos en una de las localidades de mayor significado de la ruta Jacobea, por el motivo de ser el lugar donde se amarró la barca que transportaba los restos del apóstol. Y aparte del Pedrón que podéis contemplar en la ya citada iglesia de Santiago…

…en la localidad, después de pasar por la Fuente del Carmen, junto al rio Sar, milagroso lugar de Padrón donde dicen que el apóstol Santiago, en sus tiempos de predicación por la zona, golpeó tres veces una roca con su báculo y milagrosamente manó el agua. Sobre ella, tenéis en altura el Convento del Carmen (siglo XVIII)…





la Casa Museo de Rosalía de Castro, esa escritora y poetisa gallega que hablaba en su propia lengua con el típico toque de dramatismo y esa lírica que le dio la razón cuando decía que si se escribe con el corazón todo suena mejor, esa mujer capaz de escribir algo tan bello como esto:
“No importa que los sueños sean mentira, ya que al cabo es verdad que es venturoso el que soñando muere, infeliz el que vive sin soñar…”

También es visitable el Museo de Camilo José Cela, situada unos cientos de metros más adelante en Iria Flavia. Y cerca de la Casa de Rosalía tenemos el bonito Jardín Botánico-Artístico, que está considerado Monumento Artístico Nacional desde 1946, y que es sorprendente que por su reducido tamaño sea capaz de albergar más de 300 especies, algunas tan exóticas como las sequoias rojas americanas, las palmeras de Senegal o el castaño de Indias.


Y por supuesto podéis daros una vuelta por la zona histórica, probar en alguno de sus bares los famosos pimientos, esos que unos pican y otros no, aunque yo debo tener mala suerte para eso, porque siempre me tocan los que no pican, con lo que me encanta el picante. Y tampoco tuve mucha suerte con el pulpo, estaba bueno pero no sé no sé… Pero en fin, la siguiente vez será quizás, pero al menos me compensó un trozo de empanada de zamburiñas y otro de pulpo de que me pusieron con las cervezas, esa especial de bodega de la marca que todos conocemos.




Esta etapa, la que suelo repetir casi siempre que hago este Camino Portugués, es la mejor, ya que sales de una agradable ciudad como es Pontevedra, pasas por una bella Caldas de Reis y terminas en otro buen lugar como es Padrón, atravesando además algunos buenos parajes, para lo que inviertes unas buenas horas aprovechando cada minuto en disfrutarlo, de ahí esa frase del principio “…Y es que a veces, quizás muchas veces, el mundo y la naturaleza siempre están tratando de darnos cosas buenas, pero quizás nuestras manos están demasiado ocupadas para recibirlas y nuestros ojos demasiado ciegos para verlas…”

Me encanta siempre caminar y disfrutar esta etapa. Y es que amigos míos, tal como digo siempre, es que esta tan jodia como bella vida, lo que fue bien disfrutado, aunque sea breve, jamás es olvidado, y que siga siendo así.
QUE SEAIS FELICES, ESE ES MI DESEO PARA VOSOTROS. ¡BUEN CAMINO SIEMPRE!
Muy completa Fran, gracias por compartir tus aventuras.
Gracias a ti, amigo mío ¡Buen Camino siempre!
Buen Camino siempre 🍻
Thanks to you, Mike ¡Buen Camino siempre!
Buen Camino Fran, buena etapa
Gracias, Aitor ¡Buen Camino siempre!
La cerveza q no falte!
Así sea, que no nos falte nunca ¡Buen Camino siempre, Laura!
Que bonita es Padrón, con ganas de ver la siguiente etapa.
Así es, tanto Caldas como Padrón son dignas de ver, amiga mía ¡Buen Camino siempre!