Camino Lebaniego 2023 Año Jubilar – Parte 3


La vida te pondrá obstáculos, pero los límites los pones tú. Y digo estas palabras porque a veces, aunque creamos que esas llamemoslas «cuestas» que surgen ante nosotros son imposibles de superar, quizás a veces solo nos exigen un poquito más, pero con ello también la sonrisa será siempre más grande y mejor cuando lo hayas logrado.

Pero venga, vámonos para ese camino desde Potes al monasterio de Santo Toribio, que es cortito y no tiene nada complicado, salvo que es en constante subida, pero prácticamente casi todo por un cómodo andadero junto a la carretera, sin ninguna perdida hasta el monasterio. Al poco de salir de Potes nos encontraremos con el monumento al peregrino, y mirando a nuestra derecha y, por supuesto en días despejados, tendremos una bella vista de los Picos de Europa.




Y sin apenas darnos cuenta llegaremos al lugar donde se emplaza el monasterio de Santo Toribio de Liébana, localizado en el municipio de Camaleño y próximo a Potes, en la comarca de la Liébana (Cantabria, España). El monasterio de Santo Toribio está localizado en el centro de la Comarca de Liébana, en una estrecha vaguada al oeste del monte de la Viorna, y fue durante gran parte de la Edad Media el eje alrededor del cual giraba toda la vida cultural, religiosa e incluso económica y social de esta zona montañosa, importante reducto de la resistencia cristiana en los comienzos de la Reconquista.




La tradición, leyenda y la propia historia atribuyen su fundación a Toribio, obispo de Astorga, quien trajo a España, a principios del siglo V, el Lignum Crucis, que se puede traducir como “madero de la cruz”, y es el venerado trozo de la cruz de Cristo existente más grande que aún existe según la tradición católica, reliquia que fue traída de Astorga a donde llegó a su vez desde Roma de manos de Santo Toribio, primer obispo de Astorga.
El lugar fue primero, como iglesia, dedicada a San Martín, luego ya igualmente monasterio de San Martín y, desde el siglo XI, paso a ser dedicado como Monasterio de Santo Toribio. Desde sus orígenes se han ido erigiendo en el sucesivos templos, construcciones que se han ido sucediendo hasta el día de hoy, en el que tras varios pasados y diversos estilos arquitectónicos, ahora ya prácticamente el templo sigue las directrices del gótico monástico de influencia cisterciense, con la claridad de líneas y de espacios y la sobriedad decorativa que caracteriza dicho estilo…



siendo la ultima restauración importante en el siglo XVII, en que se le da el estilo actual y se levanta el claustro de estilo Herreriano con dieciséis arcos de medio punto, del cual tengo que decir y si ya me conocéis mi admiración por los claustros, que aunque es arte, sinceramente tengo que decir que no es de mis preferidos, y soy el primero en decir que ojala pudiera decir otra cosa, pero sinceridad siempre.

Por toda la historia, tradición y acontecimientos desde la llegada de Santo Toribio con el Lignum Crucis, el 23 de septiembre de 1512 el papa Julio II otorgó con su poder una bula por la que concedía el privilegio de celebración del Año Jubilar Lebaniego, lo que consagró universalmente al lugar y concedía y otorgaba al monasterio el ser un importante centro y destino de peregrinación, siendo uno de los lugares santos más importantes y relevantes del catolicismo en Europa, junto a otros como lo son Roma, Santiago de Compostela, Caravaca de la Cruz y Asís.
Y como curiosidad, en estos ya más de 500 años de peregrinación a Santo Toribio de Liébana, más de 500 años de Camino Lebaniego, decir que aunque yo soy impenitente y eterno peregrino, decir que los peregrinos que hacen este Camino Lebaniego, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se llaman cruceiros, cruceros o cruceños, por ser peregrinos de la Cruz, del Lignum Crucis.
Y como ya sabéis, los años en los cuales la celebración de Santo Toribio coincide en domingo, como por ejemplo este 2023 (16 de abril) se concede con el jubileo la Indulgencia Plenaria de todos los pecados, para lo cual y con tal motivo se construyó en dicha época hace cinco siglos la Puerta del Perdón, que se abre durante el Año Jubilar para acceder a la Iglesia, un signo religioso que es para recordar “que Jesús es nuestra puerta de acceso al corazón misericordioso del Padre…”


En esa Puerta del Perdón, la cual crucé dos veces para que se me quitara algún pecadillo más si era posible, por despistar más que nada, podemos ver reflejados a cada uno de los 15 Santos Lebaniegos, como son Toribio, Caradoro, Tolobeo, Justo, Sinobi, Eusebio, Euxostonio, Ofaro, Lucrecio, Propendio, Nonita, Opila, Sisenando, Beato y Eterio. Todos ellos son los monjes y compañeros que acompañaron en vida a Santo Toribio.
Pero eso si, quizás muchos no se fijen en un «pequeño» detalle en esa puerta y que es bastante significativo, sobre lo que ya hablaré de ello y otras cosas de la zona en alguna publicación futura. Pongo una imagen más cercana de ello, ¿habéis visto ya de que se trata? Seguro que si.

Siempre es bastante y muy reconfortante culminar en un sitio de peregrinación, ya que la energía que has ido tomando a cada paso hasta llegar al lugar parece entonces unirse toda en ese sitio, y me gusta. La felicidad no existe en lo que tienes sino en lo que piensas, donde quizás debas preguntarte aquello de ¿es que acaso es tan importante saber si alcancé la felicidad? ¿O será mejor sentirse en un estado en que pueda decir que estoy feliz? Aunque existan infinitas definiciones de felicidad, podemos decir que cuando tu dices que te sientes feliz, es porque has racionalizado un conjunto de emociones o estados de ánimo, que pueden abarcar muuuuuuuultiples variantes como la tranquilidad, la paz, la ambición, la empatía, el placer, la compasión, la excitación, la alegría o lo que puedas imaginar, entre otras…
Cada momento es especial a su manera, y como no sabemos descifrar su sentido, tan solo sentir, disfruta cada momento, porque el tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido, donde debemos soñar siempre, pero siempre con actitud realista, tanto por cosas que resulten difíciles aunque posibles de lograr como por cosas sencillas que también valen la pena igual o muchísimo más, porque como ya está dicho y se dijo “.. con la esperanza de llegar a la luna, los seres humanos no ven las flores que florecen a sus pies…”
Y si, me gusta decir esto último escrito por un filósofo, teólogo y músico hace ya décadas, porque es una de esas muchas etéreas leyes escritas o dichas que el Universo siempre guarda para nosotros. Mis mejores deseos os envío, sed felices. un abrazo y ¡Buen Camino Siempre!