Camino Lebaniego 2023 Año Jubilar – Parte 2

Escucha de vez en cuando el silencio, porque es fascinante lo que se puede escuchar si es que realmente deseas escuchar, y deciros que en este Camino a veces lo escuchas realmente en toda su belleza…

Como en cualquier otro Camino, tienes siempre que idearte un recorrido a tu gusto y nunca al de nada ni nadie, pero eso sí, ateniéndonos a las necesidades de alojamiento, pues por ejemplo en este recorrido lebaniego no son muchas, aunque ahora han mejorado desde la otra vez que lo realice en el 2017.
Y como ya os dije, en este mes de abril de 2023, al realizar este Camino Lebaniego, al llegar a Hortigal no tomé el camino de la derecha que va por la ya típica senda fluvial del Nansa, y marché por la izquierda, ya que por Gandarilla, Bielva y Puente Arrudo llegas igualmente hasta Cades. Esta opción, aunque no tienes la senda fluvial y caminas toda la etapa por asfalto (ciertamente en las dos variantes lo haces, salvo en los siete kilómetros de la senda) también te ofrece excelentes paisajes que se quedaran en tu memoria, como las que tienes después de la subida desde Gandarilla, pero así es el Camino, ya que por la variante tomando la senda también tienes buenas subiditas. Si, después de Gandarilla, en lo que llaman Collado de Bielva, tienes una progresiva subida, pero luego, una vez arriba, contemplas en días claros una estupenda verde vista del valle con el azul del mar Cantábrico al fondo, una autentica maravilla.



Ya sabéis, lo que digo siempre, ánimo, actitud, una sonrisa, unos juramentos y subes lo que sea, vaya que si subes, y al día siguiente me iba a acordar de mis palabras subiendo lo que nos esperaba, ese collado después de Cicera… Pero una cosa si que puedo confirmar, esta es una de esas etapas grandes, «completas» y sagradas, de esas que dejan huella en tu cuerpo y en tu alma si no te escaqueas y la haces completa, porque tiene de todo, belleza, gran dureza y momentos que se quedan grabados, como esa subida después de Cicera, la bajada hasta Lebeña y el paso aéreo del Desfiladero, y eso es lo que cuenta…
Pues lo dicho, si vais a tomar esta opción, al llegar a este cruce en Hortigal y si no vais a ir por la senda fluvial, solo una pequeña flecha roja nos indicará hacia la izquierda…

dirección que tomamos y tras unos 500 metros de camino saldremos a una carretera secundaria sin señal alguna, donde tomamos hacia la izquierda y, en un par de kilómetros llegaremos al lugar de Gandarilla, sin servicios, donde tras cruzarla nos espera una fuerte subida para ascender el Collado de Bielva, que una vez culminado al mirar a nuestra derecha se nos ofrecerá lo que ya he citado unas líneas antes, un bello paisaje de un verde valle con el azul del mar Cantábrico al fondo, toda una delicia que disfruté mientras recobraba el aliento de la subida ante la indiferente y tranquila mirada de las vaquitas que pastaban aquí y allá. Desde aquí ya tomaremos un continuo descenso hasta la localidad de Bielva, que dejaremos a la derecha, y mientras descendemos por la solitaria y tranquila carretera hacia el río Nansa, muchas veces entre bosque, se nos ofrecerán unas agradables vistas a nuestra izquierda.



Como curiosidad diré que nada más pasar Bielva, junto a la carretera y a la derecha hay unas señales, y desde la misma comienzan unas escaleras, las Escaleras del Cristo, que te llevan hasta la ermita del Cristo de Bielva, aunque eso si, son casi 400 escalones labrados en piedra por una más que escarpada pendiente que desde abajo casi da vértigo. Los fieles las subían hace tiempo para hacer penitencia o cumplir una promesa, muchas veces descalzos o de rodillas, y a día de hoy todavía hay penitentes que lo hacen. Ahora la subida, después de una reforma, se ha hecho un poco más llevadera, con rellanos y bancos para descansar.


Os puedo asegurar que la estuve mirando un minuto si subir al menos unos escalones, pero desistí de ello, demasiados escalones con una mochila al hombro, lo que ya había caminado y lo que aún me quedaba por caminar, a esa hora mi mente ya estaba pensando más en una fría cerveza que pronto sabía me iba a tomar en el único punto abierto de toda la etapa.
Así, continuamos descendiendo y llegamos hasta la Casona del Nansa, un hotel restaurante donde me pare a descansar, refrescarme y comer algo, ya que sabía que hasta Lafuente no iba a encontrar nada para hacerlo.


Tras ello, cruzamos el puente de El Arrudo sobre el río Nansa, enlazamos con la variante que procede de quienes hayan tomado por la Senda Fluvial y llegamos a Cades…


que si te quedas (caso de que esté abierto el albergue) tomas a la derecha, y si no pues sigues de frente como hice yo, continuando por la carretera, la cual poco a poco se irá encajonando entre las paredes de piedra a un lado y el río Nansa unos metros mas abajo.



El lugar parece más peligroso de lo que realmente es (aunque por supuesto guardad siempre TODAS las precauciones) ya que el tráfico es realmente muy escaso, pero es un tramo bastante peculiar y de extraña belleza, todo hay que decirlo, a mi al menos me encantó, donde más adelante el río Nansa nos abandonará y tomará su lugar el río Lamasón.


Pasaremos por la aldea de Venta de Fresnedo, sin servicios, y luego llegaremos a un cruce, donde el Camino sigue a la derecha, pero tenéis opción de tomar por la izquierda a Quintanilla, donde dicen que hay un restaurante, aunque son dos kilómetros de más, así que no lo comprobé y continúe por la derecha para pasar ahora por Sobrelapeña, unos kilometrillos más y llegar ya hasta Lafuente, lugar enclavado en todo el verde Valle del Lamasón, y donde nos recibirá la pequeña pero bella iglesia de Santa Juliana, del siglo XII, una joyita en bruto que espero conserven mucho tiempo.




Tras disfrutar admirando la iglesia, seguiremos unos cientos de metros más, y decir que aquí si deseamos continuar caminando por ejemplo hasta Cicera nos saldrá un desvío a la derecha para subir hacia Burio, y si no pues recto llegaremos a Los Pumares, que en realidad digamos es un barrio junto con Lafuente, donde se encuentra el albergue y donde yo me quedo, ya que es un buen lugar dirigido por la agradable y simpática Marta, que te hará fácil tu estancia y podrás descansar, aparte de que te servirá una buena cena y si tienes suerte disfrutaras de su música tocando el violonchelo, del cual es toda una consumada artista.



Fin de la etapa, de la cual no me arrepiento por no haber ido por la Senda Fluvial como hice en 2017, ya que hasta Cades, donde vuelven a juntarse las dos variantes, el Camino discurre por lugares bastante agradables y buenos paisajes.

Por la mañana, una vez hemos desayunado y despedido de Marta, a la que le deseo le vaya bien en la vida, las señales nos invitaran a tomar una pista de hormigón y, por ella y una vez atravesado Burió…


con sus increíbles cuestecitas, culminaremos el Collado de Hoz, que tiene desde arriba una buena panorámica sobre el valle de Lamasón…

lo que no es de extrañar con las subiditas que te comes. Hablé con un par de ganaderos del lugar, y ciertamente están bastante preocupados con los ataques de los lobos que hay en la zona al ganado, tanto a las terneras como a los caballos que también crían en la zona así que mejor no sacar el tema si aprecias a los lobos, porque te pueden mirar torcido si lo manifiestas.

Y si, hemos subido, pero eso solo es un aperitivo para lo que nos espera más adelante después de Cicera, pueblo al que llegamos tras andar un rato por la carretera y luego tomar a la izquierda un camino en mal estado en descenso.




Cicera es un bonito pueblo enclavado en un bello lugar, tiene un albergue y un bar que siempre encuentras cerrado, que le vamos a hacer, y desde el cual tendrás varias opciones para continuar adelante, aunque todas te harán sudar desde luego. Tienes opciones como el Collado de Arceón, la Braña de los Tejos y alguna otra, pero personalmente y por opinión de otras personas pues no me atraen. Por mi parte, por ser la que he tomado dos veces y quizás, solo quizás, aunque dura la más practica, opto por la subida por la típica y oficial, por la Canal de Francos, que en dos kilómetros y pico de continua y durísima ascensión nos hará ganar casi cuatrocientos metros de desnivel ¡bendita locura! Si, bendita locura para alguien que como yo odia las subidas, así que los pobres arbolitos y bichitos del lugar aun deben recordar mis juramentos mientras ganaba altura…








Reconozco que la subida es dura, para mi muchísimo más que la subida de Hospitales en el Camino Primitivo, se va notando la altitud que vamos alcanzando paso a paso en un firme del terreno húmedo y abrupto a veces y otras entre piedras, pero realmente y aunque sufras un poquito lo disfrutas, la belleza del paraje lo compensa todo, aún más cuando una vez haces cima van apareciendo entre los claros del arbolado una magnificas e imponentes vistas.





Pero eso si, si crees que la subida ha sido dura pues mira hacia abajo, porque comienza una bajada de 700 metros de desnivel en casi 5 kilómetros sobre un firme que no me gustaría pisar lloviendo, y que nos llevará hasta Lebeña. Tanto la subida como la bajada son de órdago, las recordaras siempre, pero te sentiras divinamente haciendolo, te lo puedo asegurar.
En este lugar pues tampoco hay bar, dicen que abren uno en temporada alta, así que aprovecha y descansa en el banco de madera de un sitio de vending…

luego por supuesto acércate a disfrutar de la bella iglesia de Santa María de Lebeña, excepcional joya prerrománica del siglo X construida en sillería de arenisca y caliza por maestros canteros huidos de las tierras asoladas por los invasores musulmanes.


Y desde aquí a Potes pues tienes dos opciones y media, la media la califico así porque es desaconsejable totalmente aunque haya personas que la tomen arriesgando su integridad, ya que es seguir unos dos kilómetros por la carretera que atraviesa el desfiladero, una carretera estrechísima y sinuosa donde no tiene sitio un peatón para resguardarse. Las otras dos son tomar por Cabañes, la oficial pero más larga y pesada, que no he tomado nunca, y la que queda pues es la que por dos veces he tomado y te lleva por la parte de arriba del Desfiladero de la Hermida, donde hay un punto que se ha hecho famoso porque dicen tiene unos metros de peligrosidad (a mi no me lo parece, yo disfruto cruzándolo) durante una parte del trazado, lugar que por supuesto si está lloviendo o hace fuerte viento desaconsejo también, pero es nuestra voluntad la que decide, eso si, SIEMPRE ATENTOS Y CON SEGURIDAD Y PRECAUCION, y también buena actitud…







Así que siguiendo las indicaciones, tomamos para la parte alta de Lebeña y cruzamos ese tramo del Desfiladero de la Hermida por arriba, que nos ofrecerá unas impresionantes vistas, ese camino de abruptas paredes con cientos de metros de altura y que se abre a la Comarca de Liébana en todo su esplendor. Y así pues bajaremos a la carretera, tomaremos un desvio a la derecha…


por el cual pasaremos por Castro Cilorigo y ya sin peligro de desfiladero ni carretera estrecha poder caminar con tranquilidad hasta Potes, a donde llegaremos en un paseito después de todo lo que hemos dejado atrás. Era día de mercadillo en la localidad, y estaba de bote en bote…





Nos espera una buena ducha y una cerveza bien fría, nos la hemos ganado, en verdad que si, pero hemos disfrutado y seguiremos haciéndolo, que siempre tengamos esa decisión en nuestra alma. Y ya para recuperar fuerzas al llegar a Potes, ¿pues que mejor que meterte como plato único un buen cocido lebaniego de esos que te dejan completamente «reestructurado»…? Aunque eso si, asegurate y bien de que ya no vas a seguir caminando después y ya vas a descansar, al monasterio de Santo Toribio ya iremos mañana… Y mientras disfrutaba de la comida y mis pensamientos iban y venían, me dije a mi mismo que estaba cansado, contento y feliz ¿podía pedir algo más en ese momento…? Si, claro que si, muchas cosas, ya lo sabemos, pero de todo lo que tenia al alcance de mi mano y de mis ojos y no lejos en estos momentos, lo tenía todo, y por eso deje que una más que sincera sonrisa se dibujara en mis labios. A veces, aunque la vida nos ofrezca poco, debemos ser agradecidos por ello, porque mañana quien sabe donde estaremos…

OS ENVIO UN ABRAZO DE LUZ Y LA MEJOR DE MIS SONRISAS, CUIDAROS MUCHO Y QUE TENGAIS BUEN CAMINO SIEMPRE ¡SED FELICES!
Muy completa la etapa como te dije en instagram amigo, me quedo con ese bonito mural!
Es dura pero bella, Coral, digna de caminarla, así que ánimo ¡Buen Camino Siempre, amiga!
Buen Camino siempre
¡Buen Camino Siempre, my friend Mike!
menudo vértigo tienen que dar algunas zonas!
Nada de vértigo, amiga mía, te lo puedo asegurar que lo disfrutas ¡Buen Camino Siempre!
Y que bien se come en Cantabria amigo, que lujo de camino
Ya sabes, amigo mío, cocido montañes, cocido lebaniego, sorroputún, cachopos… para volverte con cinco kilos de más ¡Buen Camino Siempre!
Tuvo que ser un cansancio brutal, una etapa muy compleja.
Buen Camino Fran
Lo bueno de ese cansancio es que lo amortizas y mucho con todo lo que disfrutas y te llevas dentro tuyo, Roberto, eso es lo bueno ¡Buen Camino Siempre!
Tuvo que ser un cansancio brutal, una etapa muy compleja.
Buen Camino Fran
Preciosa e intensa etapa Fran. Es curioso como ayudan esos “juramentos” a subir cuestecejas 😉😉. Un fuerte abrazo y buen Camino siempre.
Vamos que si ayudan, amiga mía, despiertas a todos los animalicos del lugar, pero te desahogas y con una sonrisa sigues caminando feliz. Cuídate, un abrazo ¡Buen Camino Siempre!