Camino Lebaniego 2023 Año Jubilar – Parte 1

Camina y mientras camines, sonríe a menudo, por lo que sea, por esa caricia del viento, por ese paisaje, por ese trino de los pajarillos, porque escuches buena música o el sonido del silencio, por lo que quieras y sientas, ya que todo sirve para ello y no hay un propósito definido cuando miras al cielo y te das cuenta de la eterna belleza del mundo que te rodea…

Bueno, queridos amigos míos, estamos ya para iniciar el que es pequeño pero intensísimo Camino Lebaniego, pequeño porque en dos o tres días lo puedes hacer, en mi caso en dos días, e intenso porque su trazado, belleza, diferencia, fuerza, singladura, experiencia y dureza en alguno de sus tramos no te deja indiferente, por lo que lo recomiendo para quien tenga tres o cuatro días libres y desee vivirlo, disfrutarlo y hasta jurar en arameo en ocasiones, porque no logrará olvidarlo nunca a pesar de su pequeño tamaño ¡avisados quedaís! porque el Camino Lebaniego es cortito pero concentrado y fuerte como un trago de orujo artesano de esos que no venden en las tiendas y alguna vez te lo ofrecen los paisanos del lugar.

Este año 2023 está declarado como Año Jubilar Lebaniego, considerado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, siendo una histórica ruta de peregrinación que discurre por preciosos enclaves naturales desde San Vicente de la Barquera a Santo Toribio de Liébana, monasterio que tiene el privilegio de albergar –atengámonos a la tradición, la creencia y la leyenda- el mayor fragmento conservado de la Cruz de Cristo, el Lignum Crucis. El Año Jubilar Lebaniego se conmemora en si desde 1512, siempre que la festividad de Santo Toribio (16 de abril) coincida en domingo, y se caracteriza por la indulgencia de todos los pecados, aunque eso ya es otra historia. Decir eso si, que este lugar se trata de uno de los cuatros lugares santos de todo el mundo, junto con Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela, en los que se puede ganar el Jubileo, sean cuales sean tus creencias, porque lo importante es que todo es una aventura mística, espiritual, en la que no sólo serás capaz de encontrarte a ti mismo, sino que disfrutaras cruzando increíbles valles, ríos y montañas y encontrarte con un patrimonio arquitectónico de incalculable valor.
Aparte, en esta singular ruta de peregrinación junto a los siempre maravillosos Picos de Europa, tiene la particularidad de unir el Camino Francés y el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela, convirtiéndose en una encrucijada de caminos, por lo que todo convierte a Cantabria en la única región del mundo por la que transcurren dos caminos jubilares, el Lebaniego y el de Santiago.

Y así hasta hoy, donde este “Camino Lebaniego”, desde San Vicente de la Barquera hasta Santo Toribio de Liébana, cerca de Potes, lleva en principio un trazado común con el «Camino de Santiago del Norte o de la Costa» hasta su salida y desvío en la localidad de Serdio, donde ambos caminos se separan definitivamente, ya que el del Norte seguirá por la costa hacia Oviedo, Gijón, Ribadeo y Santiago y el Lebaniego seguirá por el interior hacia Potes, para finalizar en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Es por ello que la señalización en principio es conjunta y por tanto, en el tramo común hasta Serdio, nos encontraremos las típicas flechas de dirección y vieiras amarillas del «Camino de Santiago», junto con la Cruz Lebaniega y la flecha de dirección, ambas de color rojo, del «Camino Lebaniego». Igualmente decir que los escasos mojoncillos de señalización en este «Camino Lebaniego» son de base cuadrada y de una altura bastante más reducida que en el Camino de Santiago, con solo unos 40 cms. de altura, por eso los llamo mojoncillos, ya que a veces ni los ves…

Y por ultimo comentar igualmente qué, a lo largo de todo el “Camino Lebaniego”, también veremos muy de vez en cuando, flechas amarillas típicas del Camino de Santiago, lo que es debido a que el trazado de este “Camino Lebaniego” forma parte también de la “Ruta Jacobea Vadiniense”, una antigua ruta jacobea que transcurre desde San Vicente de la Barquera (Cantabria) hasta Mansilla de las Mulas (León), enlazando el “Camino de Santiago del Norte” con el “Camino de Santiago Francés”.
Y bueno, vamos al Camino, que se nos hace tarde y se nos calientan las cervezas… Así que siguiendo las señales podemos iniciar la etapa desde la iglesia de Santa María de los Ángeles, situada en la parte alta de la localidad, construida al final del estilo románico, y por lo tanto mezclándose con el inicio del gótico, algo que se observa claramente en su mezcla de estilos en su estructura, una edificación que realmente gana más en su interior que en su exterior y que merece la pena visitar.


San Vicente de la Barquera en si es una de las localidades más turísticas de Cantabria junto con Santillana del Mar, Comillas y Potes, y tiene aparte de esta iglesia otros puntos de interés como el Castillo del Rey del siglo XIII…

el Convento de San Luis del siglo XV donde se hospedó Carlos V en 1517 para ser coronado rey, y otros como el Puente de la Maza o el Santuario de la Barquera, ambos también del siglo XV. Pero bueno, nos habíamos quedado en la iglesia, donde tras ello bajamos una cuesta por la calle José María de Pereda para luego tomar otra en subida, la calle Fuente el Hayedo…

por la cual ganamos altura rápidamente entre urbanizaciones, hasta llegar a una carretera local sin tráfico, desde donde ya se nos ofrecerá el paisaje por donde caminaremos…

y por donde iremos tranquilamente entre campos, prados y vaquitas hasta cruzar la autovia por un puente y entrar en el pueblo de La Acebosa. Antes de llegar a la Acebosa estuve «arreglando» el país con Manuel en una charla de casi media hora, es agradable cambiar impresiones con los paisanos del lugar, contándome que para sobrevivir tienen que quitarse las vacas lecheras y dedicarse a las terneras de carne, y así luego nos venden leche de otros países que solo sabe a agua…



En La Acebosa se ubica la pequeña Iglesia de San José, que aunque fue inaugurada en el año 1900 y se ha rehabilitado hace varios años para reforzarla, desde hace siglos ya existía un templo en dicho lugar. Junto a ella, las señales te indicaran que vayas a la izquierda, pero tienes la opción de continuar por la solitaria carretera hacia la derecha, ya que el trazado oficial es absurdo, de más desnivel y mayor recorrido, pero como siempre digo es algo opcional, y ambas opciones te llevan hasta el mismo lugar, hasta poco antes del pueblo de Hortigal, donde ahí tendrás que volver a tomar otra decisión más trascendente: seguir el antiguo trazado original por Gandarilla y Bielva (izquierda) y que solo te marca una flechita roja (si, esa de la fotografía), o tomar por el trazado actualizado marcado por los letreritos que te llevara por la senda fluvial del Nansa (derecha).

Antes, originalmente el camino tiraba desde Hortigal hacia Gandarilla y Bielva, para cruzar el Nansa en Puente El Arrudo, pero ahora quieren que el camino siga hacia Serdio y Muñorrodero para enganchar la Senda Fluvial del Nansa, obviamente “quizás” más bonita pero también «excesivamente más larga» para lo que ofrece globalmente en mi modesta opinión, repito, solo en mi más que modesta opinión, pero por supuesto cada cual escogerá lo que más considere, sin que deba importarle lo que yo u otros digamos, comentemos u opinemos, al menos así lo expreso y siento, porque aunque muchos digan que el anterior trazado del Camino Lebaniego que va por Hortigal, Gandarilla, Bielva y Cades es mucho peor que el actual por la senda del Nansa, tampoco es totalmente cierto, ya que ese recorrido ya dejado por casi todos de lado esta bastante bien (vuelvo a recordar que es el que he seguido ahora en 2023, mientras en 2017 tomé por la senda fluvial) y aunque prácticamente vas por asfalto, al igual que en la otra opción salvo los siete kilómetros de la senda fluvial, igualmente atraviesas por parajes que tienen algunos paisajes realmente estupendos, e igualmente tiene por supuesto sus «trocitos» de subida, pero fue al finalizar ese trozo de subida y contemplar el paisaje que se me ofrecía primero a mi derecha, y unos cientos de metros después a mi izquierda, lo que me recuperó de la subida. Vamos, que lo que quiero decir es que tanto nuestros pasos como las palabras y los pensamientos son energías, vibraciones que forman puentes espirituales, cargados de emociones e intenciones, positivas o negativas, y que será nuestro ánimo y actitud lo que determine en gran manera el resultado final de nuestro caminar. En 2017 marché por la Senda Fluvial, esta vez en 2023 decidí ir por el antiguo trazado, y no me arrepiento de ello.
En la segunda parte os mostraré el trazado por Gandarilla y Bielva, pero antes de ello, para que así podáis comparar y ver, también indicaré y pondré brevemente ahora aquí algunas imágenes de mi anterior Camino Lebaniego que hice en el 2017…

(perdonad la calidad) y que si realicé por la senda fluvial, recorrido donde que si puedo deciros que si está lloviendo (en el 2017 llovió y los caminos pues ya sabéis, embarrados…) encontrareis mucho pero mucho barro, y entre el barro y el asfalto prefiero mil veces el asfalto. Y claro que si, era también año jubilar y se perdonaban igualmente los pecados, pero como tengo tantos, me apunto a todos los SANTOS PERDONES, al igual que estuve en el año 2010 llegando a Santiago en el anterior año santo compostelano a este último pasado que fue doble, que le vamos a hacer…. Así que hala pues, ¡vamos para allá!
Pues si escoges la alternativa de la senda fluvial es seguir entre árboles y sombra las indicaciones y la trazada del río Nansa a través de sendas, caminos, pasarelas y escaleras aquí y allá…





siendo la mayor dificultad el más que posible barro sirviendo la redundancia de recordarlo ¡¡si, no me gustan ni las subidas ni el barro, pero adoro la lluvia y caminar tranquilo!!, pero poco más, y claro que es más digamos “verde y sombreada” y hasta bonita a su manera, pero es casi nueve kilómetros más larga que la otra opción por Gandarilla, es decir, un mínimo de dos horas más, tiempo que en el Camino jamás debe resultarte nada de nada, porque dada su relatividad, lo mejor es que disfrutes siempre sin mirar el reloj, porque estás en un camino de peregrinación, no en una vulgar carrera, competición, prueba lo que sea, estás aquí para sentirte bien, no para competir contra nada parecido y mucho menos contra el tiempo.
Así que una vez en Hortigal y decidido ir por la senda fluvial pues seguimos las indicaciones y nos encaminamos hacia Estrada, que tiene una torre medieval, siendo la actual del siglo XIV, a día de hoy en buen estado todavía, pero que ya en el siglo VII existía aquí una torre, ya que según se cuenta, uno de los capitanes que luchó junto a don Pelayo en la batalla de Covadonga contra los musulmanes fue Anean de Estrada, señor de esta torre, datos que toman fuerza, teniendo en cuenta la zona y la fecha en la que se data la torre desde el siglo VII. Y luego seguimos hacia Serdio primero, donde desde aquí y por una pista de montaña, en aproximadamente dos kilómetros llegaremos a la localidad de Muñorrodero, donde antes de llegar el Camino se bifurca, ya que una ruta sigue por la senda fluvial y el Camino Lebaniego hasta Santo Toribio, y la otra sigue por la Costa, por el Camino del Norte. Pero nosotros vamos por el Lebaniego, así que a seguir flechas e indicaciones rojas, así que desde Muñorrodero iniciamos prácticamente la Senda Fluvial del Nansa, de aproximadamente unos siete kilómetros, la cual discurre junto al río Nansa entre encinas, hayas, otros árboles y pasarelas de madera aquí y allá, aprovechando en su mayor parte antiguas sendas de pescadores y cazadores, así como con algún tramo de pista.





En la senda podréis optar por una variante llamada “Aguas Bajas”, la cual discurre mucho más cerca del río, pero que es posible esté embarrada o lo que es peor, inundada, y tengáis que desandar lo andado si la tomáis.
Finalmente, la senda termina en la zona de Camijanes (al parecer ahora hay una opción para continuar otra parte de la senda, sin señalizar y no es oficial) pueblo que nos queda fuera del camino, y aunque tiene bar no puedo asegurar que esté abierto si os desviáis para comprobarlo y tomar algo, como tampoco tendréis ningún bar en Cabanzón.


Y si no, pues así continuaremos y a la altura de Puente Arrudo esta cerca el Hotel Restaurante Casona del Nansa, que seguro si que está abierto (yo me tomé una cervecita y comí algo hace poquito) porque cuando lleguéis a Cades no habrá nada para tomar algo. Y quien se quede aquí pues depende si tendrá que hacerlo según cual esté abierto en el albergue de Cades o en el de Puente Arrudo, ante ello llamar y preguntar unos kilómetros antes para que no os pille el toro, porque quizás entonces tendréis que volver los pasos hacia Puente Arrudo. Yo como sigo hacia Lafuente/Los Pumares no sé cual está abierto a día de hoy, aunque creo que es el de Puente Arrudo.
Y lo dejo aquí hoy, con esas imágenes de mi caminar en el 2017 junto a algunas de este año y mes. Y si, ese año también fue jubilar por cierto, tengo tantos pecados que necesito atravesar todas las Puertas Santas posibles para que me sean perdonados unos poquitos al menos ¡qué le vamos a hacer 😆! En la siguiente ya pondré todo de mi caminar de este abril de 2023, en el que mis pasos me llevaron por la antigua ruta, lejos de la ahora tan socorrida senda fluvial del Nansa… ¡y eso si, no olvidéis sonreír y ser felices!! Un abrazo y BUEN CAMINO SIEMPRE
Me encanta este Camino Lebaniego!! buen comienzo de un paseo que dará muchas alegrías, estoy segura.
Es un buen Camino, bastante duro en algunos momentos, pero agradable para caminarlo ¡Buen Camino siempre, Valeria!
Buen Camino siempre
¡Buen Camino siempre, Mike!
Que podamos atravesar muchas de esas puertas amigo! a disfrutar!
Si el Universo así lo quiere tenlo por seguro que lo haremos, amigo mío ¡Buen Camino siempre!
Con ganas de leer la siguiente, cuidate mucho Fran
Igualmente, Roberto, cuidémonos y siempre para adelante ¡Buen Camino siempre!
Buen Camino Fran Lucas!!
¡Buen Camino siempre, Ana!
A ver si me animo en agosto a recorrer esa senda fluvial
Espero que así sea, porque seguro que la disfrutas e incluso, siendo agosto, refrescas tus pies en esa fría agua ¡Buen Camino siempre, Mizok!
Un abrazo Fran, buena publicación.
Otro grande para ti, Luca ¡Buen Camino siempre!
Una etapa muy completa Fran! enhorabuena por disfrutarlo así
Una alegría ver mi tierra desde los ojos de un peregrino, gracias