Camino Francés – Sarria a Portomarin

ETAPA SARRIA-PORTOMARIN

Arranco el día en el Albergue-Pensión Puente Ribeira, donde suelo alojarme casi siempre si me falla el Monasterio de la Magdalena, que las tres ultimas veces siempre lo he encontrado sin servicio de albergue, cosas suyas serán. Yo en Puente Ribeira, situado junto al paseo del Malecón, con sus terrazas y su paseo fluvial pues tan contento siempre.

PASEO DEL MALECON

La de hoy realmente es una muy bonita etapa, ya que atravesamos bastantes aldeas, pistas asfaltadas, sendas, bosques, puentes medievales, prados, huertas, caminos de castaños, iglesias y muchos hórreos, aparte de que no se trata de una etapa demasiado complicada, pues presenta bastantes falsos llanos y no son demasiados kilómetros. Estamos aquí, en Sarria, a punto de iniciar una agradable etapa, donde todo es importante, lo pequeño y lo grande, quizás porque si miras la naturaleza y la sientes, pasas a oírte a ti mismo, porque te llenas de alegría, admiración y gratitud por tantas maravillas, tanto dentro como fuera de ti.

Pues caminamos, vamos para adelante y subamos esas famosas escaleras, la Escaleira da Fonte, que todos conocemos de subirlas…

ESCALERAS DESDE ABAJO…
ESCALERAS DESDE ARRIBA…

…y alcanzamos la Rua Mayor, con la iglesia de Santa Mariña. Desde aqui nos quedan 115 cómodos kilómetros a Santiago. Paro a desayunar en uno de los varios lugares ya abiertos, y luego continuamos calle arriba pasando por la iglesia del Salvador y de una antigua prisión (que fue utilizada por los caminantes como albergue improvisado hace décadas), llegando a un mirador con cruceiro, donde seguramente nos hemos hecho alguna foto.

IGLESIA DE SANTA MARIÑA
RUA MAYOR, SARRIA
CRUCEIRO EN EL MIRADOR

Tras un leve ascenso nos acercamos al Monasterio de la Magdalena, de origen románico, aunque con trazas góticas y renacentistas, el cual fue fundado a principios del siglo XII Como hospital de peregrinos. Justo antes de llegar a la entrada del monasterio, giramos a la izquierda y enfilamos una empinada cuesta hacia abajo, dejando el cementerio a nuestra derecha. Tan sólo decir que cuidado si está lloviendo, ya que aunque rugoso el firme, éste resbala como él solo, y he visto más de un resbalón y huesos al suelo.

Al terminar de descender, giramos a la derecha y llegamos en unos metros al puente Áspero, de origen medieval, que atraviesa el río Celeiro. Tras cruzarlo, alcanzamos el primer tramo de tierra de la etapa, el cual como ha estado lloviendo poco o mucho todos los días, lo encontramos muy embarrado, algo que será muy normal en toda la etapa ¿pero va a poder un poco de barrito con nosotros? ¡Claro que no, así que adelante y cuidado donde metes el pie!!

PUENTE MEDIEVAL

Pasamos bajo un viaducto, cruzamos la vía del tren –siempre con cuidado- y cruzamos por una pasarela de madera un arroyo para encontrarnos poco después ante la única mala rampa de la etapa, corta pero matona, en cuyo inicio podemos ver un castaño centenario muy fotografiado, casi tanto como su primo, el que hay antes de llegar a Triacastela, en la aldea de Ramil.

CASTAÑO CENTENARIO

Tras culminar la cuesta iremos ya llaneando entre prados y campos de cultivo, pasaremos por As Paredes y luego por Vilei, y en nada llegamos a Barbadelo, lugar ya citado en el Códice Calixtino, donde tenemos un buen sitio para desayunar, tomar algo o simplemente dejarlo a nuestra derecha. También si lo deseamos podemos acercarnos a ver la iglesia de Santiago de Barbadelo, siglo X, un bello ejemplo de estilo románico gallego, con torre de planta cuadrada y una portada llena de símbolos e iconografía medieval. Destaca tanto por su estructura como por la singularidad de sus capiteles, y fue declarada monumento nacional en 1976, aunque no se ha preservado mucho por el escaso mantenimiento que tiene. Hace siglos formaba parte de un monasterio, dependiente del de Samos, y funcionaba como hospital de peregrinos. Además, su vinculación jacobea queda patente en la vieira que realza una de sus portadas laterales así como por la imagen de un Santiago Peregrino que preside su retablo barroco.

IGLESIA DE SANTIAGO, BARBADELO

Continuamos y pasamos por  Rente y Mercado da Serra, tras lo que seguiremos por tranquilas pistas, y tras una bajada salvaremos un arroyo a partir de un paso hecho con losas de piedra, donde casi seguro haremos alguna fotografía.

La senda continúa por un corredor arbolado por donde llegamos a Leiman y, un poco más adelante, a Peruscallo, donde comienza un tramo con numerosos arroyos, veredas de piedra y diversos tramos de tierra, siempre acompañados por bosques de castaños, robles y otras especies. Llegaremos a Morgade, donde encontramos Casa Morgade, restaurante y también albergue-pensión, uno de los sitios en los que muchos solemos parar a reponer fuerzas, yo entre ellos, habiendo dado cuenta varias veces de unos huevos con chorizo o jamón que hacen deliciosos. Esta vez me conforme con unas tostas con tomate y jamón. Tras dejar atrás el bar enfilaremos una pendiente y su posterior subida, restaurada dicha zona con unas losas de granito, ya que antiguamente y en ocasiones cuando llovía mucho, el sitio se embarraba que daba gusto y se cubría de agua, y si o si tenías que pasar.

CASA MORGADE

    Pasamos después por Ferreiros y, tras bajar una pendiente asfaltada llegamos a Mirallos, donde encontraremos la iglesia románica de Santa María, que estaba en Ferreiros y se bajo en 1790 piedra a piedra hasta su actual ubicación junto a un cementerio. La iglesia como tal es del siglo XII, destacando su magnífica portada románica,

IGLESIA DE SANTA MARIA, MIRALLOS

Poco después llegaremos al mojón que anuncia los 100 kilómetros a Santiago. Lo reconoceremos enseguida por la gran cantidad de pintadas que acumula y por los “recuerdos dejados” por los peregrinos que atesora, aunque mira, esta vez lo encontré limpio y reluciente, pero no por mucho tiempo. Es uno de los más emblemáticos y fotografiados de la ruta jacobea, y sirve además, como un significativo estímulo en esta cuenta atrás ya de solo dos cifras.

Lo que casi siempre te encuentras en esta zona es el paso de vacas lecheras guiadas por alguna señora, pero no pasa nada, ellas van a su aire y ni se fijan en ti.

La senda nos llevará hasta la parroquia de Francos, donde se dice que existió un monumento sepulcral, ya que en 1120 se mencionaba esta sepultura, que se supone que perteneció a un importante viajero, del que se enterraron los restos en el lugar en el que falleció,  aunque se desconoce la identidad del mismo. Tras pasar otros pequeños enclaves, como Couto y Rozas, pasaremos por otra zona que han restaurado por suerte, donde antes había un tramo de unos 500 metros que se encharcaba y embarraba que daba gusto ver como te ponías de agua y barro.

   Y ya poco más, porque pasando otras pequeñas aldeas, entre ellas Mercadoiro, donde hay un tranquilo y buen lugar para descansar y refrescarte o comer algo, ya nos queda poquito para Portomarin, que en un momento dado veremos en la lejanía mientras pasamos por Parrocha y Vilacha, zona en la que encontramos, aunque un poco apartada del Camino, la iglesia de Santa María de Loio, lo que queda de lo que en su día fue el monasterio de Ribaloio, fundado en el siglo VIII y que conserva una gran importancia en la historia del Camino Francés, ya que aquí nació, a comienzos del siglo XII, la Orden Militar de los Caballeros a Santiago, que tenían como especial encomienda la protección del sepulcro del apóstol y de los peregrinos.

SANTA MARIA DE LOIO, CUNA DE LA ORDEN DE SANTIAGO

En la actualidad, lo que queda es un templo de nave única y cabecera recta con profundas modificaciones en la época moderna, concretamente en el siglo XVIII cuando se reformó y se construyó el coro alto, la fachada, el campanario y el retablo mayor que preside la iglesia con la imagen de Santiago Peregrino. Una capilla como esta, en la zona de Vilacha y Paradela, es lo único que queda en pie del origen de la Orden de los Caballeros de Santiago. Continuaremos caminando, y en nada veremos ya a lo lejos Portomarin esperándonos.

PORTOMARIN EN LA LEJANIA, PERO YA CERQUITA

Un poquito más y ya solo nos quedará decidir por cual de las dos opciones descender hasta el puente sobre el río Miño que nos llevará hasta Portomarin, ya que las dos son malas e inadecuadas, pero como hay que bajar pues se baja y ya está, eligiendo entre la rampa resbaladiza o el encajonamiento infernal, pero no pasa nada, es un rato «divertido» que siempre quedará en nuestra memoria. ¿Cual de las dos opciones elegí esta vez…?

LA BAJADITA ENCAJONADA

Al final del descenso continuaremos por el puente, de más de 350 metros, desde donde como últimamente siempre hay poco caudal, veremos abajo y entre las aguas los restos de la antigua ubicación de Portomarin, de lo que se salvó tan solo la iglesia de San Nicolás, trasladada piedra a piedra a su actual lugar, pero reconstruida al revés en su orientación cardinal, rompiendo así toda la labor que sus constructores intentaron darle 

Tras cruzar una rotonda se accede a la población por una escalinata asentada sobre los arcos del viejo puente medieval, donde también se colocó la capilla de la Virgen de las Nieves. Acto seguido, y tras recorrer siempre en ascenso la calle del Peregrino, se llega al centro del pueblo. Aquí ya cada cual que se reparta a donde haya decidido alojarse.

IGLESIA DE SAN NICOLAS

¿Recuerdas lo que dije al principio sobre disfrutar de la naturaleza a tu alrededor? Espero que así sea siempre en tu caso como así ha sido en el mío. Ánimo en la vida, suerte y ¡buen Camino siempre!

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