Camino Francés – Lavacolla a Santiago de Compostela
Y en cada amanecer recuerda que debes vivir intensamente y amar lo que tienes a tu alrededor, esas pequeñas cosas que forman tu pequeño mundo. Y recuerda agradecer todo lo que te ha dado la vida, porque aunque algunas cosas no hayan sido demasiado buenas, te han servido para valorar más lo que tienes…

Amanece un bello día, que siempre será así o al menos darás fuerza para que lo sea mientras deseas sin pedirlo, ya que lo pide tu alma, que así sea y será. Mientras te aseas, piensas, recapacitas sobre tus sueños de anoche y desayunas algo si tienes y si no tienes hasta la primera parada que tengan ¡optimismo y realismo al poder! La felicidad no brota de la razón sino de la imaginación, porque el buen tiempo y el mal tiempo están dentro de nosotros, no fuera, ya que la felicidad es cuestión de descubrirla en nuestro interior y mostrarla fuera, porque la felicidad proviene de la capacidad de sentir profundamente, de disfrutar simplemente y de pensar libremente… ¡Qué rollos os meto ya de mañana, ¿a que sí?! Venga, que camináis conmigo, vais conmigo, y nos quedan unos pocos kilómetros, no os quedéis atrás que este Camino lo empezamos y terminaremos juntos.

Cruzamos con precaución la carretera, nos encontramos con nuestro viejo amigo el pequeño río Sionlla, donde dicen aquí lavaban cuerpo y sus sucias vestimentas los peregrinos antes de su inminente llegada a Santiago, aunque realmente también lo hacían un poco más arriba.

Pero nosotros seguimos, ya nos hemos aseado antes de salir a caminar, ventajas de la vida en este siglo, y tomamos por asfalto un repecho, donde la mañana me regala un bonito arco iris…


…que se prolonga durante poco más de medio kilómetro o así hasta llegar a Vilamaior, donde si llegaremos al otro sitio donde se aseaban más nuestros peregrinos de antaño.

Y así, entre casas, alcanzaremos un sendero recto asfaltado que bordea el centro de la Televisión Gallega y más adelante nos lleva a la altura del camping, donde giramos a la izquierda, seguimos y pasamos junto al centro de RTVE, giramos a la derecha y seguimos la larga recta…

…hasta alcanzar las proximidades de San Marcos, un núcleo urbanizado con servicios tanto en la propia vía como en sus proximidades, y que es la antesala del Monte do Gozo, a donde llegamos unos cientos de metros después, pero en lugar de seguir de frente bajando la cuesta hacia la ciudad, nos desviamos a la izquierda, pero no para subir al monumento erigido en el año jacobeo de 1993, ya que fue demolido hace unos años por fallos estructurales, pero si que vamos hacia la escultura de los dos peregrinos jubilosos y gozosos de ver las torres de la Catedral al fondo, de ahí el topónimo con el que se conoce a este lugar, Monte do Gozo. Y si, realmente y aunque la ciudad ha crecido todavía se ven al fondo las torres.



Luego bajamos, atravesamos el complejo de Monte do Gozo, que alberga el albergue de peregrinos más grande de todo el Camino, que es capaz de albergar hasta 300 personas un año normal y hasta 800 un Xacobeo, aunque prácticamente salvo en fechas determinadas está casi siempre vacío. Dejando a un lado el acceso a la cafetería y los comedores retomamos el Camino, y bajamos hacia la ciudad, donde tras cruzar por encima la autopista AP-9 entramos por el barrio de San Lázaro y el parque Camino de la Concordia, con el que se recuerda la concesión del Premio Príncipe de Asturias 2004a la vía milenaria jacobea. En esta zona se levantó también la Porta Itineris Sancti Jacobi, escultura del artista compostelano Cándido Pazos con la que se trata de simbolizar que la puerta del Camino de Santiago se abre a todos, y donde han sido inmortalizados en alguno de los veinte relieves que adornan la puerta figuras el obispo Teodomiro de Iria, Godescalco, Diego Gelmírez, Isabel de Portugal, Dante Alighieri o Juan Pablo II, personajes todos ellos que en teoría han colaborado en la promoción de la ruta como itinerario cultural, de fe, meditación, superación, deporte o lo que quieras, al igual que colaboras tú con cada paso que das.

Después seguimos adentrándonos en Santiago, donde zigzagueando entre calles llegamos al barrio de Os Concheiros, donde se ubicaban antiguamente los puestos que vendían las conchas de vieira a los peregrinos recién llegados. Así entramos ya en la parte antigua de la ciudad con sus calles empedradas y algunos grandes edificios, llegando a la plaza de San Pedro, plaza de Cervantes, unos metros más por la calle de A Acibechería (lugar donde trabajaban los artesanos del azabache) y llegar a la plaza de la Inmaculada, donde dejamos a mano derecha la imponente fachada del monasterio de San Martin Pinario (siglos XVII-XVIII)

…que esconde uno de los claustros más impresionantes de Galicia y tiene también un albergue-residencia a precio económico.
Y ahí estamos, la catedral se sitúa justo enfrente y a nuestra izquierda, teniendo frente a nosotros esa llamada puerta Francígena, pasadizo de Gelmirez o como quieran llamarlo…

…ya que atravesándolo mientras suena la gaita que hace sonar un artista local –esta vez era una chica joven- el pasadizo nos conducirá a la Plaza del Obradoiro. Y una vez atravesado el pasadizo, caminamos unos pasos, giramos nuestra mirada a la izquierda y disfrutaremos así de esa espectacular y desbordante fachada barroca del templo, de la imagen de esa bella Catedral de Santiago en la plaza del Obradoiro, donde nos detendremos, dejaremos la mochila en el suelo y ahí…. Ahí ya queda reservado a lo que cada uno sienta en ese momento, así que espacio reservado, ya que poco o mucho es difícil no emocionarse después de días caminando hacia este lugar, una experiencia única e inigualable, y creo que por muchos viajes que hayamos realizado a otros sitios pocos son y serán siempre comparables a este, aunque lo hagas cien veces.




Y es que hemos llegado hasta aquí portando nuestra mochila, una mochila que cada día pesaba un poquito menos, GRACIAS POR ACOMPAÑARME AMIGOS Y COMPAÑEROS, gracias por hacerlo desde que comenzamos en Somport, esos 840 kilómetros que me han sabido a poco a vuestro lado, así que seguiremos caminando, además ahora que tenemos también nuestro rostro y nuestra piel más curtida por el sol, el viento y la lluvia, pero seremos un poco más nosotros mismos, sabios en ese largo y tan angosto camino de la vida y para el que no hay respuestas rotundas, porque sólo se aprende caminando. Y quizás lo más bonito sea precisamente eso, que, a pesar de nuestra lucha por irrumpir en los escenarios naturales o los que creamos, al final, la belleza y la naturaleza siempre ganan, porque la belleza no hace feliz al que la posee sino a quien puede amarla y adorarla, ya que no es lo que tienes o lo que eres o dónde estás o lo que estás haciendo lo que te hace feliz o infeliz. Es lo que piensas al respecto y te hace sonreír, vivir y amar.

Y es que a veces se trata no de reírse de los problemas, eso nunca, pero si de levantar la cabeza y reírse de nosotros mismos, de dejar de llorar las penas, de sonreír ante el más mínimo revés, de querer a los que están cerca, de sonreírles a los que están lejos, vencer los propios miedos, trabajar para vivir y no vivir para trabajar, vivir despacio, sin prisas, vivir presentes y esperar futuros que quizás no lleguen pero que te ilusionan, ver lo invisible, descubrir, soñar, olvidar la soberbia y comerse el mundo e impedir que sea él quien te coma, mirándolo al derecho o al revés, sabiendo que en los más mínimos detalles están los momentos más grandes, de coger las riendas de la vida, ser dueño de lo tuyo, compartir lo que quieras compartir y callar lo que quieras guardar… porque quizás solo así disfrutaremos cuando el sol luzca en todo su esplendor y sonreiremos igual cuando nos cae un chaparrón encima, así, tan solo así, viviendo momentos por el camino y atesorando pequeñas pero preciosas imágenes, con el suave y ya eterno regusto en el paladar de todo lo experimentado, evocando aromas y sabores de unas gotas de ilusión junto con momentos de bajón, todo ello en pequeños trocitos que mantendremos como un recuerdo en nuestra memoria de todo lo que nos enseñó ese caminar, paso a paso, hasta Santiago.
Me vienen a buscar para cañitas y comer, mañana os contaré el final del día.

CUIDAROS MUCHO
SONREIR, VIVIR, AMAR
¡BUEN CAMINO SIEMPRE!

Felicidades Fran!!
Muchas gracias, Jorge ¡Buen Camino Siempre!
Buen Camino Fran, gracias por todos estos días.
Gracias a ti por estar, Roberto ¡Buen Camino Siempre!
Gracias por llevarnos hasta Santiago, feliz descanso y buen Camino, espero que pronto nos lleves de nuevo!
Gracias a ti por venir conmigo, Valeria ¡Buen Camino Siempre!
Buen Camino siempre, congratz Lucas!
Gracias, Mike ¡Buen Camino Siempre!
Buen Camino Fran, gracias por esos momentos.
Gracias a ti, Victor ¡Buen Camino Siempre!
Fantástica llegada Fran Lucas! buen Camino siempre.
Gracias por estar ahí, amigo mío ¡Buen Camino Siempre!
Grandes momentos en este Camini haciendo resumen, por muchos más querido amigo
Así serán y volveremos si el Universo lo quiere, amiga mía ¡Buen Camino Siempre!
Buen Camino Fran, una llegada maravillosa para poner el broche final!
Gracias por estar ahí, Alina ¡Buen Camino Siempre!