Camino del Norte (preámbulo al Camino Lebaniego) – Santillana del Mar a Comillas
Aún en las soledades del alma o en los desiertos nublados siempre somos el aliento que respiramos y el candil del camino…

A diferencia de la anterior etapa, de Santander a Santillana del Mar, esta etapa de hoy hasta Comillas es más vistosa y agradecida, totalmente diferente salvo en su final, ya que también donde hoy terminamos es en un lugar agradable, hacia el cual caminaremos entre caminos rurales asfaltados y carreteras comarcales, prácticamente sin tráfico, atravesando varios pueblos y aldeas de forma continuada, donde no hay pérdida hasta llegar a Comillas, así que sin prisas, vamos, como siempre lo digo, disfrutando, que es lo importante. Y mira que mi intención era llegar ya hasta San Vicente de la Barquera y finalizar, pero entre pitos, flautas y diretes pues que terminé la etapa en Comillas, y todo perfecto, adecuado y decidido, como debe ser, ya que si estas bien y así lo consideras, al tiempo hay que besarle y mimarle con cariño para que te trate bien y te conceda simplemente eso, tiempo para sentirte bien y respirar. La ruta en sí está muy bien, la distancia entre los dos pueblos es muy buena, ni corta ni larga, por lo que te hace disfrutar del camino sin prisas, a lo que te ayuda el recorrido y el paisaje.

Salimos de Santillana y caminamos un rato entre verdes prados y algunas vaquitas, hasta llegar a una carretera que cruzamosy continuamos de frente hasta llegar a El Arroyo, desde donde tomaremos una subida, pasaremos junto a una vieja ermita, superaremos otra subida y ya en bajada nos pondremos en Oreña, donde podremos ver allí solita y sobre un alto la iglesia de San Pedro, del siglo XVI.

Y después por pista nos acercaremos hasta Caborredondo, lugar que atravesaremos y tomaremos dirección para Ciguenza, localidad donde encontraremos la iglesia de San Martín de Tours…


que presenta un tipo de arquitectura que es llamado barroco colonial, del que francamente no soy muy experto pero es prácticamente similar al barroco en un ochenta por ciento a pesar de sus diferencias, pero si puedo deciros que fue un estilo que triunfó en America Latina, ya que muchas catedrales allí tienen este estilo, pero que muy raramente encontramos en nuestro país. Parece ser que el origen de esta gran iglesia de Ciguenza sea causa de Juan Antonio de Tagle-Bracho, nacido precisamente en esta aldea en 1685, el cual emigraría a Perú, consiguió una gran fortuna y porque así lo quiso ordeno la construcción de esta Iglesia, una especie de regalo que hizo al lugar donde nació. Al lado de la iglesia se levanta una gran casona bien conservada y restaurada, que al parecer perteneció a la misma familia.

Seguimos caminando y nos acercamos a la zona de Novales, donde no entraremos al pueblo que pílla fuera del Camino, pero donde es fácil sorprenderse de ver que en la zona cultivan limones, frutas que son más propias del clima mediterráneo que del cantábrico, pero que aquí cultivan ya hace mas de dos siglos, según dicen por su microclima y por la gran cantidad de hierro que tiene la tierra de la zona, que facilita el cultivo en un pequeño valle rodeado de montañas que es lo que origina ese microclima que permite al perecer cultivos de tipo mediterráneo.


Según me comento un vecino del pueblo, que tiene un campo de limones, los de Novales se diferencian de los del Levante, ya que tienen mayor tamaño, un color más vivo y una corteza mucho más gruesa, por lo que dan menos zumo que los levantinos pero aportan una mayor intensidad de olor y sabor, lo que les hace perfectos para su uso culinario. Al menos eso me dijo este hombre, Manuel se llamaba, pero lógicamente y hace bien defiende el valor del producto de la tierra que le ha visto nacer. Según me comento hay iniciativas en la zona, y parece ser que alguna empresa de la zona comercializa mermelada de limón y hasta algo que llaman “caviar de limón”, que procede de una variedad distinta, y que me hubiera gustado llegar a probar si se hubiera dado el caso, pero oye, vete a saber, igual en nada vemos esos productos en los súper y los podemos probar. Que tengan suerte y les vaya muy bien
Dejamos atrás los limones, que solo de pensar en ellos me hace petazeta la boca, y mira que me gustan. Y así en nada y tras una subidita que no puede faltar nos ponemos en Cobreces…

…donde aparte de la iglesia de San Pedro Advíncula no podemos dejar de sorprendernos también con la abadía trapense de Santa María de Villacelis, donde dado su histórico sentido cervecero, no hubiera estado de más que fabricaran artesanalmente alguna buena cerveza trapense, pero no…


así que nos quedaremos con su singular arquitectura y colores, más propia de otros países y no de nuestro normal estilo, por lo que su visión nunca nos deja indiferentes.
Ambas construcciones son de estilo neogótico y se levantaron a finales del siglo XIX, y las dos costeadas por familias de “jándalos”, que así se conocía a quienes habían hecho fortuna comerciando en el sur de nuestra península ibérica, a diferencia de los “indianos” que lo habían hecho en América. Para ser más detallado con esa expresión, jándalo es una persona que después de pasar unos años en Andalucía, y quizás si o tal vez no habiendo hecho fortuna, regresa a su lugar con acento o costumbres andaluzas. Y en ello, como así cuenta la historia que es la que vale, fueron la familia Quirós quienes levantaron a su cargo la abadía y un colegio para estudios agrícolas, instalaciones de las que se hicieron cargo los monjes trapenses llegados de Francia, y la familia de los Villega, que no quisieron desmerecer de sus vecinos por un vete a saber y quítame de ahí esas pajas, financiaron la iglesia y otros dos colegios. ¡A lo grande, a lo grande y que el pueblo así nos recuerde por lo que dejamos construido!!


Sale el camino de Cobreces, pero aquí tenéis dos alternativas, seguir el camino oficial que se nos señala siguiendo por la acera, y que nos acercara a la playa de Luaña…


o tomar por el trazado antiguo, que sigue por detrás de la iglesia tomando un camino y no se acerca a la playa. Ambos trazados son similares en distancia y dificultad, pero el primero te acerca a la playa y es más vistoso. Pero cojas el que escojas, ambos convergen en el pueblo de La Iglesia, donde destaca la iglesia de la Asunción, del siglo XVII por lo que era de estilo barroco, pero que sufrió una transformación a finales del siglo XIX que transformó “algo” su estilo. Tras ello, pasaremos el pueblo y tras una subida llegaremos primero al lugar de Pando y después al de Concha. Luego por pista asfaltada llegaremos muy pronto junto al mar, con buenas vistas, donde ya veremos cerquita Comillas, a donde llegaremos tras cruzar un puente.


Comillas es una localidad costera que combina patrimonio arquitectónico con lugares de interés paisajístico, donde los palacios modernistas y casas nobles se alternan con la arquitectura popular montañesa. El lugar, que tiene varios referentes modernistas, como el Capricho de Gaudí, la Universidad Pontificia, el Palacio de Sobrellano, o la fachada del cementerio local, tuvo su máximo esplendor a finales del siglo XIX, cuando era lugar de veraneo de miembros de la realeza y la alta sociedad, todo ello promovido por Antonio López López, quien emigró a Cuba en el año 1831 y logró una enorme fortuna, tras lo cual volvió y promovió el entonces incipiente turismo, siendo nombrado Marques de Comillas por Alfonso XII.


Como curiosidad decir que fue el primer lugar en España en tener alumbrado público alimentado por electricidad, aunque lógicamente, si era lugar frecuentado por quienes ya hemos dicho, normal dado las “influencias” que así lo fuera y no otro lugar, así como que fue su hijo, segundo marqués, quien creó la Universidad, que ofreció al Papa, otorgándole el título de Pontificia, aunque de ello Comillas solo tiene el edificio, ya que la sede y todo lo demás de la misma tiene su sede en Madrid. En 1883 se construyó la residencia veraniega conocida como “Capricho de Gaudí” ya que fue dicho arquitecto el autor del proyecto, siendo quizás uno de los mayores reclamos turísticos de Comillas.

Aquí puedes quedarte o seguir hasta San Vicente, que está a once kilómetros. Yo sigo hasta San Vicente, donde termino este preámbulo al Camino Lebaniego, que si el Universo lo quiere en nada lo estaré caminando y disfrutando.
En el siguiente día que escriba pues pondré algo de Comillas, aunque no es lugar ni santo de mi devoción tanto como Santillana, y ya llegar a San Vicente de la Barquera, para concluir así este trocito del Camino del Norte desde Castro Urdiales hasta San Vicente de la Barquera, que como ya os comenté me pillo casi sin quererlo ni pensarlo por otra circunstancia, pero las ocasiones hay que aprovecharlas, que la vida es corta, demasiado corta…
CUIDAROS MUCHO, UN ABRAZO Y BUEN CAMINO SIEMPRE
Y no te olvides de acariciar tus visiones y tus sueños, esos pequeños grandes momentos que alegran tu espíritu, ya que son los hijos de tu alma y los planes de tus logros finales, al igual que la alegría de la vida proviene de nuestra actitud, por lo tanto no hay mayor alegría que tener un horizonte sin fin donde el sol salga de nuevo cada día, y ya hayas comprendido que muchas almas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad...
Disfrutaremos mucho de ese Camino Lebaniego!! Las circunstancias hay q aprovecharlas siempre Fran, buen camino
Un pequeño gran Camino el Lebaniego, Roberto, corto pero intenso. ¡Buen Camino siempre!
Buen Camino amigo!
¡Buen Camino siempre, amigo Ferran!
Buen Camino siempre Fran, have a good week
My best wishes for you, Mike ¡Buen Camino siempre!
Disfruta mucho Fran
Gracias, Juanvin, eso está hecho ¡Buen Camino siempre!
Buen Camino Fran Lucas, por aquí ya estamos contando los días para irnos al Lebaniego
Pues disfrutad, pasadlo más que bien (seguro que si) y cruzar el Desfiladero por arriba ¡Buen Camino siempre!
No paras amigo jajaja, venga que siga corriendo esa cerveza y ganas correcaminos
Gracias x narrar tus vivencias Fran te seguiremos 👣👣
Gracias a ti, Conchi, si te ha gustado me alegra un montón ¡Buen Camino siempre!
Nada de parar, Valen, que el reloj no se detiene y nos pilla para quitarnos esa fría cerveza que sienta tan bien en el Camino, y fuera de él también jajajaja ¡Buen Camino siempre!
Disfruta mucho!!!! 🍻
No lo dudes, amigo mío, no lo dudes ¡Buen Camino siempre!