Caminar en el silencio

    Hoy en día todo a nuestro alrededor parece estar inmerso en eso que llamamos “la contaminación acústica” donde nosotros estamos en medio de muchas de esas distracciones, de las que algunas son incluso auto infligidas, ya que el silencio se está convirtiendo en una rareza en la vida de este siglo, porque muchas personas le tienen realmente miedo. 

     Para muchas personas, el silencio real es tan raro que ni siquiera pueden tolerarlo, y por ello ese vacío del silencio lo llenan de sonido para mantenerse alejados de ellos mismos, encendiendo y accediendo a cualquier sonido como la televisión, la radio o cualquier otro aparato electrónico que les distraiga la mente y así, aunque no presten atención a nada, la mente atorada, obstruida y cegada, es decir, no pensar, ya que para ellos el ruido es un estimulante convincente ante un silencio que creen les dañaría psicológicamente al no estar acostumbrados a ello, cuando la realidad es que a veces nos cuesta escuchar y mantener el silencio, quizás porque no queremos escuchar y tan solo borrar la verdad que trae el silencio. ¿Cuánta tranquilidad existe en las vidas de muchas personas diariamente, que en lugar de guardar recuerdos terminan almacenando información y datos? ¿Cuanta existe en la tuya realmente? ¿Sabemos utilizar el ruido como distracción de nuestros pensamientos y quizás hasta de nuestros sentimientos?

    Para mi, sin embargo, alcanzar ese silencio atronador donde nada, pero absolutamente nada logre perturbar ni un ápice esa inexistente sonoridad, es todo un privilegio que cada día intento conseguir y disfrutar más y más. En mi casa lo consigo gracias a la meditación y la relajación, no confundir con el dormir, pero me gusta hacerlo cuando estoy realizando el Camino de Santiago y, en algunos tramos, consigues casi casi llegar a ese momento, donde toda sensación de ruido, salvo el de tus pasos sobre la gravilla, el polvo, el asfalto o las hojas de un sendero, es lo único que rompe esa barrera entre el sonido y el silencio, para que cuando vuelve el sonido, recordar aquellas palabras de Pablo Neruda cuando decía… “He vivido tanto que un día tendrán que olvidarme por fuerza, borrándome de la pizarra porque mi corazón fue interminable. Pero porque pido silencio no crean que voy a morirme, me pasa todo lo contrario, sucede que voy a vivirme. Sucede que soy y que sigo. (Pido Silencio-Pablo Neruda)

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