Caminando con tu alma

Cuando te encuentras en el Camino, es la oportunidad perfecta de reflexionar, pensar y meditar sobre lo que deseas y sobre cómo te encuentras en realidad, porque muchas veces, siempre o quizás nunca, solemos evitar “pensar” mucho en cosas que no sean el día a día, cuando ciertamente, de vez en cuando o cada día tendríamos que hacer gimnasia para el alma. En realidad lo puedes hacer en cualquier lugar, pero siempre digo y me reafirmo cada vez más que el lugar perfecto para realizar esa gimnasia para el alma” es el Camino de Santiago, ya que te da ese espacio único de pensar en lo que realmente quieres en tu vida.

     En definitiva, en ti está la posibilidad de elegir con qué actitud te enfrentas a las circunstancias que te tocan o te puede tocar vivir. Si es de una forma o es de otra, bien por ti, si es en la cima del Everest o la Fosa de las Marianas, bien por ti. Si es en la tranquilidad de tu casa o en medio del ajetreo de la ciudad, bien por ti. Y si es en el Camino de Santiago, ¡buen Camino siempre!… y bien por ti, porque meditar no eso que algunos pueden estar imaginando, ni tampoco nada de ideas revolucionarias para cambiar el mundo con las que nada vas a conseguir, porque si algo hay que cambiar es cambiarse uno a sí mismo si algo debe cambiarse y si no es así déjalo como está, es simplemente pasar tiempo con tu alma caminando juntos, tan solo eso, con esa alma que te dirá siempre que seas tú, y solo tú, porque los demás ya están ocupados en ser ellos mismos.

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