Caminando mientras comenzamos el año

    Y a veces, cuando recordamos y miramos hacía atrás en nuestros recuerdos, resumimos inconscientemente nuestra vida en pequeños momentos cargados de sentido que pasan rápidamente por nuestra mente en forma de fotogramas o de cortos videos en formato desde luego no 4K. Y realmente ¿cuánto dura un el recuerdo de un momento? Porque sí, claro que sí, dejando la gran mayoría que tiramos a la basura, hay momentos que son especiales y marcan tal vez un nada, un poquito o un antes y un después en nuestra vida, pero que es algo que sentimos con todo nuestro corazón, ya que a nuestra alma la dejaremos aparte, esa va a su rollo…

    No siempre lo podremos hacer, pero hay que tender a hacer lo que sentimos, y aunque de miedo ¡joer que si da miedo! yo también he sufrido y tengo ese miedo, esas inseguridades, esas irregularidades cardiacas que conlleva hacer lo que se siente, pero a mi ya demasiada edad empiezo a comprender que hay momentos donde hay mucho que ganar pero también mucho que perder, y el dolor existe, pero la pena debemos desterrarla. Por ejemplo, a mi, quien me diga que tras separarse de alguien a quien ha amado no le duele, no le creo, le llamo mentiroso, porque al decirme que “le amé pero ya solo le quiero” ya demuestra su verdad y no la afirmación de su mentira. Pero es así, en el momento que aceptas que te duele, sabes que tienes una cicatriz más, pero solo es un recuerdo de las tantas que tienes ya y de las que te quedan aún, a cualquier edad, por grabar en tu cuerpo, y con ello sabemos que cada vez que fracasamos encontramos algo que necesitábamos aprender, pero ¡ojo! que no hay que confundir el conocimiento que nos ayuda a soportar la vida con la sabiduría que nos  ayuda a vivirla de verdad. Como decía Nietzsche: «Para llegar a ser sabio, es preciso experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en nuevas aventuras. Esto es tremendamente peligroso, porque más de un sabio ha sido devorado al hacerlo». Y es que si algo realmente compartimos la gran mayoría de seres humanos es una mochila de inseguridades, miedos e inquietudes, pero fracasar también es superar retos, en especial, el reto de enfrentarse a nuestros miedos.

     Así que ya sabéis, ahora que ya acabamos uno y comenzamos un jodio año más, solo decir que haya sido como haya sido, y qué si, todos hemos llorado y reído, pero ¡hacia adelante siempre! Ya sabes, la ilusión y la esperanza es lo último que debes perder, porque aunque da vértigo, muuuuuuuucho vértigo, pero una vez saltas te darás cuenta de que puedes volar.

     LA ESPERANZA NO ES LO MISMO QUE EL OPTIMISMO. NO ES LA CONVICCIÓN DE QUE ALGO SALDRÁ SIEMPRE BIEN, SINO LA CERTEZA DE QUE ALGO TIENE SENTIDO,  INDEPENDIENTEMENTE DE CÓMO RESULTE…

Publicaciones Similares

12 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *