Aquella dualidad del sabor del chocolate

Y a veces, suelen preguntarme eso de ¿por qué vuelves tantas veces al Camino? Y aunque no conozco la respuesta, siempre lo pienso a ver si consigo descifrarla quizás algún día, incluso en estos tiempos en los que soy feliz de otra manera y a mi manera, porque algunos días, no todos por suerte, tienen ese instante en que me jugaría la misma vida para no tener otra vida que la que tengo ahora, aunque reconozco que existe esa dulzura y amargor mezclados en su justa medida, un equilibrio diabólico que lo convierte en una de las tentaciones por excelencia. Y es que no podemos prometer, aunque lo hagamos, un “para siempre” cuando ni siquiera a veces podemos cumplir un “para hoy”, ya que entonces…

    Y entonces me quedo mirando la pantalla mientras me digo eso de ¿pero que hostia estás escribiendo, Fran…? Y es que vaya, intentaba hablar de felicidad y momentos, un poco de sobre corduras y locuras, incluso algo sobre el Camino que siempre me preguntan, y sin querer los dedos se ponen a escribir lo que quieren, como si yo viera molinos donde mi mente ve gigantes, pero mi alma siente y ve sensaciones, y en ello me quedo yo en el medio de las dos, intentando quizás encontrar explicaciones lógicas a lo que sin duda son meros encantamientos de la misma existencia mientras caminas por la vida, donde tu mente te distrae, te desplaza a la tranquila intranquilidad de algún paisaje desértico, mientras tu alma intenta, una vez más, que tu mirada se pierda en el horizonte y que no pienses en nada, en ese momento donde sin sostener nada entre las manos, tienes todo entre ellas…

   ¿Pero sabes una cosa? Dicen que con la edad pasamos de apreciar el dulce y a la vez amargo sabor del chocolate en la infancia a gustar de otros sabores según vamos madurando. Pero esa dualidad de sabor del chocolate que siempre recordamos de cuando éramos niños, hace tal vez que sea el placer de toda nuestra vida y por eso seguimos intentando volver a él… y por eso quizás siempre regreso al Camino.

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50 comentarios

    1. Ayyy, amigo mío, ya sabes que quien no entiende o siente esa nuestra pasión por el Camino, no lo va a entender salvo que lo camine alguna vez al menos, pero ánimo con ello ¡Buen Camino siempre!

  1. Un saludo Fran, te comento por aquí q no tengo cuenta en Ivoox, felicidades por tu labor divulgativa y espero que puedas mejorar y ampliar los podcasts en un futuro a recibir invitados y montar diálogos!

    1. Jajajajajaja, nos quieren retirar hace tiempo, amigo mío, ¡lo tienen claro! pero lo jodido es que no hay mucho relevo efectivo para ello tal como se ve actualmente, pero el Universo proveerá seguramente para ello ¡Buen Camino siempre!

    1. Jajajajajaja, ¿tú crees que nos dejan descansar, si desde hace 1300 años no nos dejan tranquilos y siguen ahí todavía? ¡Buen Camino siempre, Peré!

    1. Que bien lo sabes, amigo mío, pero ahora recién llegado de comerme las dos borrascas caminando por Galicia descansaré unos días, y así edito las etapas, pero en breve al Camino otra vez ¡Buen Camino siempre!

    1. Siempre disfrutando del Camino, amigo mío, recién llegado de uno y en breve tras descansar de las borrascas que me comí volveremos a ello ¡Buen Camino siempre!

    1. Volverás, amigo mío, claro que volverás y disfrutaras, el Camino te está esperando y lo sabes, claro que lo sabes. Tú tan solo recupérate, que todo vaya bien y en nada zapatillas y a caminar. Un abrazo ¡Buen Camino siempre!

    1. Me alegro muchísimo por ello, Verka, esa vía es totalmente testimonio de la vida del santo de Asís, todo un bello recorrido de peregrinaje por tierras italianas, que nunca he recorrido (salvo el trazado que hizo entrando en España por el Somport hasta Santiago) pero que dicen está más que bien, así que a disfrutarlo, sentirlo y vivirlo, que quede grabado dentro tuyo. En una palabra ¡disfrútalo! ¡Buen Camino siempre!

    1. Gracias por tus palabras, Aitor. Aunque créeme que no sé a que podcast te refieres, quizás por ello no sé si lo he hecho inconscientemente utilizando el conector verbal casual “ya que” en vez de otros como “dado que, puesto que, debido a que, de ahí que, en vista de que, por tanto que, porque, pues” y otros más que sirven para expresar básicamente lo mismo, una explicación verbal añadida de por qué se produce el hecho expresado en la oración principal. O quizás lo he utilizado porque en muchos textos y discursos suele utilizarse para dar énfasis repetitivo simplemente de forma coloquial, del estilo de “porque queremos justicia, porque queremos libertad, porque queremos derechos, porque queremos igualdad, porque queremos…..” ya que si se dijera porque queremos justicia, libertad, derechos e igualdad y le quitamos el constante “porque” se le quita ese efecto rebote repetitivo solicitante. Realmente, no lo sé ahora mismo donde puedo haber repetido ese efecto casual, lo revisaré, pero gracias por decírmelo, de verdad. ¡Buen Camino siempre!

    1. ¡Todos, Portillo, todos!! No te lo digo en broma, algunas veces hasta me cuesta decidir para cual irme porque tengo cuatro o cinco a la vez en la mente discutiendo con el corazón y el alma. Pero sea cual sea, ese será el indicado en ese momento ¡Buen Camino siempre!

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